Originalmente esta cocina estaba cerrada, pero una reforma la abrió al salón convirtiéndola en una zona luminosa y atractiva en la que trabajar y socializar.
Y nunca mejor dicho con esa isla de cocina con asientos dobles a un lado y a otro. Normalmente las islas de cocina solo tienen asientos, por un lado, porque parte de ellas se utiliza como superficie de trabajo, en ésta esa parte se ha reducido a una esquina y el resto funciona más bien como mesa alta de comedor.
La idea la verdad es que es fantástica, porque si un día hace falta utilizar toda la superficie para trabajar, a saber, hacer galletas o manualidades o lo que sea, pues tan solo hay que retirar las sillas y listo.
El hecho de que sea prácticamente un tablero sobre otro con hueco para poner las piernas se agradece, eso sí, esta isla no está entonces entendía como un lugar de almacenaje. Ya sabéis que, a cada necesidad, una solución, y el almacenaje, no parecía una necesidad en este caso.
El suelo de la gran habitación está cubierto por un revestimiento a base de cemento, lo que le da ese característico look de loft industrial, lo mismo que las lámparas de cristal y metal sobre la isla de cocina.
El resto del apartamento tiene ese aire nórdico, sencillo, práctico, limpio, despejado, perfecto para el día a día de una familia. A ver si os gusta ¡feliz jueves!
Vía: Contemporist
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