Revista Cómics

Orphen (1998)

Publicado el 05 marzo 2020 por Belldandy @belldandy_18
Orphen (1998)Hoy, para variar, vuelvo a reseñar un anime. En este caso, uno de aquellos que nos llegaron hace años y que fueron emitidos en televisión, en este caso por el desaparecido pero muy mítico Canal Buzz, que permitió a una buena cantidad de adolescentes descubrir muchas e interesantes series. Me siento toda una abuela cebolleta en estos momentos.

Orphen quizás fue una de las series menores de esa época, tengo mucho más vivo en el recuerdo La visión de Escaflowne, Trigun o Cowboy Bebop. De hecho, debo confesar que la tenía prácticamente olvidada y sólo al enterarme de que le están haciendo un remake me ha vuelto a la memoria. Este remake surge con motivo del 25º aniversario de la publicación de la primera novela de la serie de light novels escritas por Yoshinobu Akita e ilustradas por Yuuya Kusaka. Me invadió un poco el factor nostalgia y la curiosidad así que empecé a ver el nuevo anime. Parece ser que esta nueva adaptación es mucho más fiel a las novelas pero esto también supone que en los tres primeros capítulos se abarque la primera de ellas. Todo el arco argumental que en el anime original, de 24 capítulos, estaba de fondo durante toda la serie, comprimido en tres capítulos, lo que fue un enorme shock. Por eso quise volver a ver este viejo anime, refrescarme la memoria y hacerle una reseña. Supongo que cuando acabe la emisión del actual también le haré reseña e incluiré una comparativa.

Argumento
Orphen (1998)Orphen es un joven hechicero de 20 años procedente de la prestigiosa institución de La Torre del Colmillo. Sin embargo, lleva un año prácticamente vagueando en una pequeña ciudad. Lo único que hace es dar clases de magia al hijo del posadero, Majic, y espiar la mansión señorial de los Everlasting. Allí ha conseguido colar como pinches de cocina y sirvientes a un par de hermanos enanos, Volcan y Dorchin, que le deben dinero. No sólo quiere que estén ahí para que con el trabajo acaben saldando su deuda sino que les ha pedido que busquen una espada en particular por toda la mansión.
Justo el día que Dorchin le avisa por señales de que ha dado con la espada, a la mansión regresa de un viaje la hija pequeña de la familia, Cleo, una jovencita de 17 años. Ésta se sorprende mucho cuando su hermana mayor le confiesa que se ha enamorado de un apuesto chico que parece espiarla todos los días. Cleo se indigna por el hecho de que sienta algo así por quien entiende que no es más que un mirón, un acosador, y en cuanto lo ve por la ventana coge una enorme espada que se encuentra en el estudio de su difunto padre y sale a amenazar al "mirón" con ella. Orphen, que esquiva sin problemas los espadazos de la chica, se sorprende al descubrir que es la espada de Balthanders, la que llevaba tiempo buscando. Pero no acaban ahí las sorpresas. Al haber sido desenvainada "algo" ha percibido su presencia. Un enorme y espantoso dragón conocido como Bloody August aparece en el lugar.
Este ser es el objetivo de Orphen, a quien se dirige con el nombre de Azalie, quien fue como una hermana mayor para él. La espada la transformó en esa cosa horrible y lleva cinco largos años buscando la forma de devolverla a la normalidad, para lo cual tuvo que abandonar su nombre, Kyrilancero, convertirse en un desertor de la Torre del Colmillo y enfrentarse a sus antiguos amigos y su profesor, Childman, quien parece dispuesto a acabar con su antigua alumna para restituir el honor de la institución.

Reseña

Este revisionado que le he dado a la serie me ha recordado lo mucho que me gustó en su momento. La verdad es que no sé por qué me había olvidado tanto de ella. Supongo que me desligué bastante de la serie porque su continuación en anime, Orphen Revenge (23 capítulos emitidos entre 1999 y 2000) y el manga que llegó a licenciar Norma me parecieron auténticos truños. De hecho, creo que ni llegué a leer todos los tomos del manga antes de venderla.
Orphen (1998)
La mayor virtud de esta serie diría que está en su magnífico equilibrio entre todos los palos que toca. El principal es el drama, con toda la búsqueda de Orphen por salvar a Azalie que más de una y dos veces se estampará contra una pared de fracasos y preguntas sin respuesta, pero también tiene momentos de acción, toques de humor y unas gotitas muy contadas de romance. Todo esto hace una serie que salvo capítulos muy puntuales, va de menos a más, incluyendo algunos giros de guión muy buenos, todo hasta un final redondo.

Quizás he destripado un poco de más en el argumento porque todo lo de Azalie se descubre en el octavo capítulo pero si no lo introducía, no había mucho de lo que hablar. Y es que lo que ella hizo y la decisión que tomó entonces Orphen marcan su vida y define muy bien al personaje. El protagonista es un chico que lo ha perdido todo pero tiene un objetivo muy marcado por el que seguir adelante. Con semejante panorama está claro que no es feliz pero gracias a las interacciones con Cleo y Majic en el viaje que emprenden juntos, éste se va abriendo. Los tres forman un trío con mucha química y muy buenos momentos. 

Orphen puede pecar un poco de chulo y sabelotodo a primera vista pero se agradece que no se quede ahí y tenga su lado tierno, amable y que flaquee y se vea que sufre y se enfada cuando las cosas no avanzan como deberían. Majic es un chico muy fiel a su maestro, inocentón y algo cortado pero que sorprende por ser el rompecorazones de la serie. Y en cuanto a Cleo es sin duda la que más crece. Una niña rica con ansias de aventuras y algo exasperante que aunque se une a Orphen con la excusa de recuperar la espada de su padre, la de Balthanders, acaba siendo un pilar para el protagonista. Por su parte sólo he echado un poco en falta que se le vea un poco el lado guerrero con una espada como se presuponía que tenía.

Orphen (1998)
Estos van creciendo juntos gracias a las situaciones que viven y hacia el final, con las dudas que surgen y el miedo a lo que puede pasar, los percibimos muy humanos y llegamos a sufrir con ellos.

De personajes secundarios, hay tres de cierta relevancia. Por un lado Hartia, antiguo mejor amigo de Orphen que se debate entre su fidelidad a éste y a Childman. Luego, este mismo es la pieza más interesante entre los secundarios por el misterio que encierra y las dudas de sus verdaderas intenciones. La última es Stephanie, una antigua compañera de Orphen que le prometió ayudarle a desvelar el misterio de ciertas runas y que, bueno, aunque sea un tanto destripe me parece interesante decirlo, puede que sea el primer personaje trans que yo haya visto nunca en un anime.

A pesar de que se agradecen los alivios cómicos, las apariciones de Volcan y Dorchin siguiendo siempre la misma línea resultan muy cargantes. El pequeño consuelo es que suelen acabar volando por los aires cual Team Rocket de Pokemon. Esto y algunos capítulos de puro relleno como el de Leki, la peculiar mascota que consigue Cleo, hacen que le baje un tanto la nota.

Uno de los puntos fuertes y débiles al mismo tiempo de esta serie es su animación, del estudio J.C. Staff. Para ser una serie del año 1998-1999 tiene momentos de gran brillantez y el diseño de personajes es magnífico. El problema que tiene es que se nota el esfuerzo sólo en capítulos concretos y, fuera de éstos, momentos puntuales. Por no hablar del reciclaje de escenas, muy evidente en peleas y en los gritos y movimientos de Bloody August. Supongo que al haber hecho un maratón con la serie esto se nota más pero aún viendo los capítulos espaciados recuerdo que resultaba muy cantoso.

En definitiva, un más que agradable reencuentro que me ha hecho recordar por qué me gustaba mucho esta serie. Aunque tenga continuación y las novelas fuesen mucho más allá, el guión de esta temporada es tan redondo y está tan bien llevado que por sí sola funciona de maravilla. Si no la disfrutasteis en su momento y os gustan las historias de fantasía clásica con magos, dragones y toda clase de seres os animo a darle una oportunidad.

Orphen (1998)

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