Por cierto, habrá ciertos spoilers de la primera temporada al ser su continuación, aviso hecho.
ArgumentoOrphen, Cleo y Majic volvieron a unirse para vivir nuevas aventuras después de todo lo sucedido con Azalie y Childman. Resuelto ese asunto que le marcó durante seis años, Orphen se quitó un gran peso de encima y ahora puede viajar sin seguir ningún objetivo.
En ésas estaban cuando unos extraños monstruos que jamás habían visto empiezan a atacarlos. Para cuando el tercero de éstos aparece ya está claro que es el mago el objetivo de ellos y que hay alguien muy poderoso detrás que los está enviando.
Al mismo tiempo, una chica tímida, torpe y muy dulce llamada Licorice se presenta ante el grupo ya que dice estar buscando a Orphen. Como enviada de la "Real Orden de Caballería" tiene que reclutar al poderoso mago, aunque éste no parece estar por la labor. Licorice se unirá al grupo hasta que le haga cambiar de opinión.
Reseña
Supongo que todo el mundo tiene alguna cosa que ha visto o leído y le dio una impresión y, al volver a encontrarse con esa obra, ha cambiado de opinión. Es normal, las personas maduramos, cambian nuestros gustos, aprendemos... Pues éste ha sido el caso, pero sólo parcialmente. Durante toda la primera mitad y parte de la segunda ha sido puro masoquismo lo que me motivaba a seguir. Pero masoquismo del de verdad. De preferir clavarme astillas bajo las uñas antes de volver a darle a continuar después de cada vez que pausaba los capítulos por pura desesperación de mis neuronas. Y, creedme, los he pausado bastantes veces. Hasta que no entra en su recta final, la serie es una tortura.
Teniendo en cuenta que la gran trama quedó cerrada en la temporada anterior, todo lo que viniese después parecería relleno innecesario salvo que se le dotase de un nuevo fondo que mereciese la pena. Sino serían sólo aventuras más o menos entretenidas, lo que tampoco estaría mal. Pues ni una cosa ni otra porque casi todos los capítulos son puro relleno y la trama como tal queda condensada en muy pocos capítulos intermedios y en los últimos.
Casi toda la serie se basa en capítulos individuales sin hilazón, meras aventuras inconexas a cada cuál más ridícula y de las que sólo salvaría una o dos e incluso así, con muchos peros. Hay situaciones tan chorras como el fantasma de una niña poseyendo a Volcan o Licorice teniendo que ganar dinero y para ello acaba al cuidado de un pollo gigante en un zoo. La idea de todo esto es que, supongo, querían hacer una temporada más entretenida y hasta divertida, pero a mí me ha superado tanta tontería. Algo que lo refleja muy bien son las excesivas y repetitivas apariciones de los hermanos enanos, Volcan y Dorchin, que si ya eran cargantes antes, en esta temporada son totalmente insoportables. Supongo que si se consigue disfrutar de su humor la serie será hasta muy buena pero conmigo éste no ha funcionado.
La mínima estructura que tiene la serie se basa en dos arcos argumentales aunque conectados. El primero sería resolver el misterio de quién y por qué envía los monstruos extraños contra Orphen y el segundo, mucho más interesante en comparación, en quién y por qué le dio ese poder al que iba contra Orphen.
El primer "quién" que la tiene tomada con el protagonista es una enorme incongruencia con patas sacada de la manga de los guionistas. Es un tanto spoiler pero nada muy grave. Flamesoul es el hermano gemelo de Flameheart quien murió en la temporada anterior cuando intentó usar la espada de Balthanders. La madre de ambos, una de las sabias que regían la Torre del Colmillo, quedó en estado catatónico por algo que ya sí que no voy a decir. Por ambas cosas, el hermano "que estaba fuera de viaje" (¡toma comodín cliché!) decide culpar a Orphen que no tuvo nada que ver. La existencia de Flamesoul no tiene puñetero sentido cuando en la temporada anterior era explícito que sólo estaban la madre y Flameheart, que ella tenía planes para acabar controlando la Torre del Colmillo entre los dos. No se deja caer en ningún momento que hubiese siquiera la posibilidad de un hermano.
Y, hablando de incongruencias, tenemos a Hartia, que al final de la otra temporada había ascendido a maestro en la Torre del Colmillo e incluso tuvo de alumno a Majic antes de que éste decidiese volver con Orphen. Pues por algún extraño motivo, esto se les olvida a los encargados de esta serie y cuando Hartia aparece no es con la toga habitual con el emblema en el hombro que usan los maestros como Childman o Flameheart. Pero el pobre no sólo es degradado en su ropa, que no en su rol, sino que vuelve a usar el ridículo disfraz del "Tigre Negro" (rebautizado por Cleo y Majic como "Hombre Gamba") para encontrarse con Orphen. En la temporada anterior lo usaba para poder salir de la torre sin que le pudiesen reconocer porque en cierto modo estaba siendo un agente doble al estar en la institución y ayudando al mismo tiempo a su amigo. Aquí no hay excusa y si sale con ese traje ridículo es porque esta serie no se respeta a sí misma ni a lo que fue la otra. Si es que se lo pone hasta en la recta final más seria, joder. Por no hablar de que su alumna, Eris, le acompaña y se busca otro disfraz que parece salido de un anime de magical girls. Diría que estoy mayor para estas cosas pero es que recuerdo que incluso cuando vi esta temporada hace años ya me parecía todo ridículo. Si queréis llevaros las manos a la cabeza aún más, tenéis éstas y otras incoherencias recopiladas aquí.
En cuanto al segundo arco, el salto cualitativo en trama es tan grande que es inevitable preguntarse por qué si tenían esta buena idea no la desarrollaron mejor, eliminando relleno y todo el arco de Flamesoul, que el pobre da mucha vergüenza ajena. No es tan interesante como la trama de la primera temporada pero este segundo arco tiene sus giros de guión realmente sorprendentes, su drama que puede llegar a tocar la patata y tensión bastante bien llevada. La anodina Licorice gana profundidad, hay un misterio de magos que han desaparecido y aparecen personajes interesantes como una misteriosa mujer de pelo rojo llamada Esperanza, un mago poderoso y siniestro que parece estar detrás de todo y una niña que da muy malas vibraciones. Incluso Majic tiene cierta evolución en este tramo final. También hay relleno al principio de este segundo arco pero hasta éste parece no ser tan horrible como en la primera mitad de la serie.
En cuanto a animación, ésta decae mucho respecto a la anterior temporada y sólo se luce en momentos puntuales. Sí que es muy chulo que cada hechizo de Orphen venga precedido de una imagen como de cuadro abstracto pero es la única gracia que incorpora. Además, al haber incluso más batallas se nota todavía más el reciclaje de imágenes de combates. De todos modos, no hay nada realmente terrible y en general mantiene el tipo para ser una serie de 1999-2000.
La anterior temporada tenía un buen equilibrio entre el drama, la aventura, cierta intriga, unas dosis justas de humor y unas gotitas de romance. Aquí, al final, tiene casi todos esos elementos (menos el romance, que es inexistente), pero el equilibrio y la distribución es pésimo. El humor ridículo se come demasiado espacio evitando que lo bueno tenga mejor desarrollo, que encima no se puede negar que queda un tanto precipitado con muchos giros y sorpresas demasiado seguidos y sin tiempo de asimilarlos en condiciones. Si os gustó la primera temporada podríais ver ésta y avanzar rápido aquellos capítulos que veáis que son puro relleno, salvo que en vuestro caso sí pilléis el punto de humor que tienen. Por la recta final de la serie merece la pena el sacrificio de aguantar ciertos momentos de vergüenza ajena.