Revista Música

Orpheus - Orpheus (1968)

Por Spellbound
Orpheus - Orpheus (1968)

IX
Tan sólo aquel que levantó la lira,
incluso entre las sombras,
puede expresar, entre presentimientos,
la alabanza infinita.
Tan sólo aquel que comió con los muertos
la adormidera, la de ellos,
no volverá a perder
el más leve sonido.
Aunque el reflejo del estanque
se desvanezca muchas veces
sabe la imagen.
Sólo en el reino doble
se volverán las voces
eternas y suaves.
Rainer Maria Rilke - Los Sonetos a Orfeo

Hay pocos personajes mitológicos tan atractivos como Orfeo, ese semidiós que bajó a los infiernos por amor; acción que ninguno de nosotros, simples mortales, está dispuesto a imitar. Hijo del dios Apolo y de la musa Calíope, recibió de sus padres los dones de la música y la poesía. Su talento era inconmensurable: al tocar la lira maravillaba a seres humanos y dioses, e inclusive conseguía que la mismísima Madre Naturaleza detuviera su constante discurrir para deleitarse; su voz, mientras tanto, era hermosa y según se cuenta, fue el único que logró anular el embrujo que producían las sirenas. El mito de Orfeo fue revivido por infinidad de poetas y también por músicos populares: Tom Jobim y Vinicius de Moraes comenzaron a trabajar juntos en la composición del soundtrack de "Black Orpheus", la película de Marcel Camus (1957); "Orpheus" fue el título de una de las primeras composiciones de Scott Walker, incluida en el disco "Images " de Walker Brothers (1967); Nick Cave se burló de la historia de Orfeo y Eurídice en "The Lyre of Orpheus" (2004); Marc Almond cantó "Orpheus in Red Velvet" en "Enchanted" (1990), uno de sus mejores discos; mientras que David Sylvian le dedicó una de las canciones del maravilloso "Secrets of the Beehive" (1987). Orpheus representó al mito de manera implícita, pero antes de contar su historia debo referirme al sunshine pop, y al hacerlo, abriré ante ustedes las puertas de un mundo maravilloso.
Desde 1966 a 1969 se concibió una nueva forma de hacer pop. Harpers Bizarre, Millenium, The Ballroom, Sagittarius, The Yellow Ballon, The 5th Dimension, The Free Design, Spanky and Our Gang, The Association, The Arbors, The Sunshine Company, Harper's Bizarre, The Peppermint Rainbow, Eternity's Children, Fun & Games, The Collage, Mark Eric, Peppermint Trolley Company, Chamaeleon Church, Orpheus por supuesto y, tangencialmente, The Beach Boys, The Left Banke, The Merry Go-Round (el primer grupo de Emmit Rhodes), The Zombies y Honeybus fueron los protagonistas de este movimiento. Ellos, junto a los productores Gary Usher, Van Dyke Parks, Bones Howe, Curt Boettcher y Alan Lorber -deudores del Brill Building Sound, de Burt Bacharach, de Phil Spector- concibieron un sonido barroco, colmado de arreglos sofisticados y melodías luminosas. Estos nombres fueron rápidamente olvidados, tal vez por el triunfo de la psicodelia más rockera (Grateful Dead, Jefferson Airplane) o por el surgimiento del soft-rock (Bread) Lo cierto es que los encantos del sunshine pop, eran demasiado refinados como para interesar a la audiencia.
I
Dicen que tanto pesa el oro del reino subterráneo
que no pueden erguirse las cabezas abrumadas por sus coronas,
las excesivas joyas no permiten levantar las manos,
los brazos sonoros de pulseras, desfallecen.
¿Como puede atravesarlo una muchacha con una herida en el pie?
Dicen que el polvo de rubíes sofoca la atmósfera de aquel reino:
antiguo, denso polvo que proviene del lento, interminable
roce de la joya y el metal,
pero que nunca habrá de aligerarse...
¿Como podrá el sonido de una lira atravesarlo?
Dicen que la luz no existe allí,
pero de vez en cuando una oscuridad más leve se insinúa
en la angustiada, legendaria y convulsa oscuridad,
descubriendo por un instante, turbiamente,
la eterna, casi inmóvil sesión de la Corte,
los cortesanos aplastados por el peso dorado de sus mantos,
las damas sin aliento bajo el peso de sus oscuras guirnaldas
de rocas sangrientas,
los párpados vencidos, apenas entreabiertos.
Orfeo, ¿como puede ella atravesarlo con una herida en el pie?
Tenesee Williams - Orfeo desciende

Luego de vivir numerosas aventuras, Orfeo se radicó en Tracia. Allí conoció a Eurídice, ninfa del bosque, e inmediatamente se enamoró de ella. Se casaron, y vivieron felices hasta que su esposa tuvo un incidente con Aristeo, hijo del dios Apolo y la cazadora Cirene. Al tratar de escapar de su acosador, la ninfa fue mordida por una serpiente, y a partir de ese instante el averno fue su morada. Desolado por la pérdida, Orfeo decidió ir a rescatarla. Deslumbró a cada uno de los guardianes que encontró a su paso con la belleza de su canto, hasta que finalmente llegó ante la presencia de Hades y Perséfone, los dioses del infierno. Hades, tal vez influido por su esposa, tuvo un inédito gesto de misericordia y accedió a que Eurídice retorne a nuestro mundo, pero antes puso una condición. Sus palabras hacía Orfeo fueron las siguientes: "Ella puede volver contigo, pero no voltees a mirarla durante tu viaje de regreso. Debes confiar en que te estará siguiendo. Hasta que ambos no se encuentren de nuevo en la Tierra, no debes mirar hacia atrás, o tu viaje habrá sido en vano." Nuestro héroe aceptó la cláusula y comenzó su retorno hacia el hogar a través del tenebroso camino, mientras Eurídice lo seguía, guiada por el sonido de su lira. Esta vez el itinerario por el infierno fue mucho más arduo, ya que Orfeo se debatía entre la alegría del reencuentro y el terror por los horrores que sufría su esposa. Cuando, por fin, divisó un hilo de luz que penetraba entre las sombras corrió hasta encontrarse fuera de la oscura caverna, y emocionado, se dio vuelta para encontrar la mirada de su mujer. Orfeo había olvidado que la advertencia de Hades había sido rigurosa: ambos debían estar fuera del infierno. Cuando intentó estrechar en sus brazos a Eurídice, la muchacha se desvaneció para siempre. Orfeo quiso socorrerla, volver al tras ella al averno, pero esta vez todo intento fue en vano... A partir de ese momento, se dedicó a vagar por Tracia, acompañado sólo por su lira.
II
Bien está recordar tus prodigios en el reino de la luz,
las voces del abismo y la floresta creadas por tu canto,
el alterado curso del río como un brazo que se dobla
bruscamente,
los momentos que hiciste perdurar con la dulce vibración
de una cuerda que pulsaste...
Pero aquellos prodigios eran naturales junto a los que
intentas
en el reino subterráneo
y éstos no podrás lograrlos.
No, no podrás lograrlos.
Pero tú, tú mismo, debes aprender lo que nosotros por
fuerza sabemos:
que algunas cosas, por naturaleza, no pueden realizarse;
solo cabe anhelarlas, tratar de hacerlas y luego darse por
vencido.
Y tú, tú mismo, debes aprender lo que nosotros por
fuerza sabemos:
la fatal atracción por la caída que a nuestro mundo
gobierna,
el descenso inmediato del manantial que brota.
Ahora, Orfeo, arrástrate, arrástrate, avergonzado fugitivo,
vuelve la espalda al agrietado muro de ti mismo, a ese
muro que se desploma.
Pues no eres tú las estrellas que en el cielo dibujan la
forma de una lira,
sino el polvo de que han sido desgarrados por
las Furias.
Tenesee Williams - Orfeo desciende

Orpheus es uno de los grupos menos conocidos del sunshine pop, inclusive su nombre suele ser omitido en las antologías del género. Para conocer a esta banda, deberemos remontarnos al año 1964 cuando Bruce Arnold y Jack McKennes -ambos guitarristas y vocalistas- formaron el dúo de folk The Villagers en su Boston natal. Luego de años de actividad, durante el verano del amor conocieron al productor Alan Lorber, cambiaron su nombre por el del protagonista de este post y consolidaron su formación con la incorporación de Eric "The Snake" Gulliksen (bajo) y Harry Sandler (batería). A finales de 1967 completaron la grabación de un disco debut que fue publicado al año siguiente. MGM, el sello editor, aprovechó los lanzamientos de Beacon Street Union y Ultimate Spinach para promocionar a los tres grupos como parte de un hipotético "Boston Sound", algo que no fue particularmente efectivo –ni cierto- ya que las coincidencias entre estos grupos eran mínimas. "Orpheus" es una travesía cuyo único fin es la belleza. Una obra de arte que, como es una constante en el sunshine-pop, ofrece nueve canciones perfectas: hits categóricos (“I've Never Seen Love Like This”, “I'll Stay With You”, “I Can't Find The Time To Tell You”) sunshine (“Lesley's World”, “Congress Alley”, “Music Machine”) psicodelia (“Never In My Life”) y baladas atemporales (“Door Knob Song”, “The Dream”). Las diáfanas voces de Arnold y McKennes se conjugan con los exuberantes arreglos de cuerda -gentileza de The New York Philharmonic- con una naturalidad extraordinaria.
Ese equilibrio entre sencillez y elaboración, entre levedad y profundidad, está tan logrado que aún hoy resulta excepcional.

XXII
Somos los errantes.
Pero el andar del tiempo
tomadlo como nimiedad
en lo que siempre permanece.
Todo aquello que corre
habrá pasado ya;
pues sólo lo que queda
nos inicia.
No echéis, muchachos, el valor
a la velocidad
ni al intento de vuelo.
Todo ha descansado:
tiniebla y claridad,
flor y libro.
Rainer Maria Rilke - Los Sonetos a Orfeo

A “Orpheus” (1968) le siguieron “Ascending” (1968) –que incluía los covers de “She’s Not There” (The Zombies ) y “Walk Away Renee” (The Left Banke)- y “Joyful” (1969), dos bonitos discos de sunshine pop, aunque mucho más leves que su estupendo debut. En 1970 la banda se separó y Bruce Arnold formó Two Foot Lamb Door junto a Steve Martin y Elliot Sherman. “Orpheus 4” (1971) registra el material de este nuevo grupo, hacedor de un soft-pop convencional aunque muy agradable. A principios de este año Bruce Arnold publicó un nuevo disco llamado “Orpheus Again” que aún no he podido localizar.
Track List:
01. I've Never Seen Love Like This
02. Lesley's World
03. Congress Alley
04. Music Machine
05. Door Knob Song
06. I'll Stay With You
07. I Can't Find The Time To Tell You
08. Never In My Life
09. The Dream


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