Francisco Ortíz Mejías, presidente de la Plaza de Toros de Algeciras y presidente también de la Unión Taurina de Abonados de Málaga ha vuelto a protagonizar otro espectáculo lamentable, en esta ocasión, en el palco presidencial del coso de las palomas, al indultar el pasado viernes un toro de Núñez del Cuvillo tras una faena pueblerina de “El Fandi” a un animal que apenas se picó y que además acabó rajándose en la faena de muleta.
Una decisión incomprensible del presidente que llegó a contar con unas declaraciones inclusive del propio ganadero que no entendía el indulto, "El toro ha tenido movilidad y alegría, esos han sido los valores que se le han premiado. Pero le ha faltado bravura, no se ha empleado por abajo. Ha sido un toro más fácil que bravo. No lo tendremos como semental en la ganadería”.
Al día siguiente, Francisco Ortíz Mejías hacía también unas declaraciones pidiendo disculpas por haber indultado a “Pegajoso”, el toro de Núñez del Cuvillo. 'Me equivoqué y quiero perdón a los aficionados de Algeciras que se han sentido molestos por haber indultado a un toro que no reunía las condiciones. El primero que se sintió mal fui yo, porque soy bastante autocrítico. Quizás no supe estar a la altura de las circunstancias. Al final terminó rajado y tampoco se pudo ver en la pelea en varas. Consulté con los asesores y, en el fondo, los tres sabíamos que el toro no era para indulto, pero reconozco mi torpeza al sacar el pañuelo'.
Este Señor debería presentar su dimisión como Presidente de la Plaza de Toros de Algeciras y a la par en la Unión Taurina de Abonados de Málaga. Recordemos que ya son varios los “patones” cometidos por Ortíz Mejías, entre ellos, la polémica concesión del rabo en La Malagueta al novillero Adrián Abad en el certamen de novilladas en 2007.
La prensa ha dicho lo siguiente sobre el indulto:
Carlos Crivell en Sevillatoro.com
El toro fue bueno por prontitud y fijeza, pero acabó rajado. Cuvillo se ha especializado en salvarse con un toro por corrida, como los toreros de arte. Al final, rodillazos, agarrones al costillar y todo el mundo contento. El animal acabó en tablas y El Fandi desplantado de rodillas. De forma increíble el presidente lo indultó, tal vez para huir del acoso de una plaza enfervorizada. Mal está la cabaña brava si se indulta un toro que embiste simplemente bien y acaba rajado.
José M. Laza en europasur.es
Nunca un indulto iba a perjudicar tanto a una plaza de toros de la categoría de Algeciras. Hay que partir de la base que el público paga para pasar un buen rato y que no todos los que acuden a una plaza de toros son tan puristas y exigentes como los aficionados entendidos. Pero ayer el coso de Algeciras dio un paso atrás por la decisión de un presidente que volvió a demostrar que no tiene criterio y tampoco sabe velar por los intereses de los verdaderos aficionados.
Y es que el indulto de ayer lo provocó El Fandi y el presidente no tuvo el valor de decirle al torero granadino a través del delegado gubernativo que el toro no lo merecía. Y me atrevo a decir que ni la vuelta al ruedo. Gracias señor Ortiz Mejías: con su decisión quitó categoría a una plaza que intenta retomar al circuito de las grandes ferias. Pero éste no es el camino.
Indulto de portátil, que se descalificó por sí solo con una actitud de El Fandi lamentable, como si no se tratara de un figura del toreo. Objetivo cumplido, toro indultado y yo con las dos orejas. Que ni siquiera pidieron los aficionados. Normal ya se daba por hecho. Para eso está la autoridad, para defender los intereses de los buenos aficionados.
Un presidente que se olvidó por completo de la categoría de la plaza. Y encima se encaró con los aficionados. ¿A quién defiende la autoridad señor Ortiz Mejías? Al aficionado indignado de ayer no lo defiende.