Finalmente se dio lo que se prometió en campaña: la batalla por dos modelos. Pero en lugar del combate Gobierno contra oposición, la disputa estalló entre el albertismo y el kirchnerismo. Acuerdo con el FMI: el capítulo central. Final incierto.
Ortodoxia socialdemócrata con responsabilidad fiscal o radicalización kirchnerista. O, puesto en números contantes y sonantes: un aumento del gasto público hasta el 14 de noviembre expansivo pero contenido en no mucho más de 1% del PBI, lo que representaría un límite de $500.000 millones; o abrir un grifo que derrumbe la meta anual de desequilibrio entre ingresos y gastos, llevando el déficit fiscal más allá de los 600.000 millones de pesos. Hasta quién sabe qué cifra. "Lo que se necesite", en términos de un alto vocero cercano a la vicepresidenta, sobre cuál es el límite de expansión de gasto público que el kirchnerismo tiene en mente para revertir lo que se pueda la derrota del domingo pasado. Y aventurar un 2022- 2023 políticamente venturoso.[...]
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