Cuando hablamos de “Comercio Justo” , inevitablemente hacemos una asociación emocional con la caridad, la compasión …. Si alguna vez estamos en disposición de comprar un producto en este canal, pensamos que estamos ayudando a un colectivo concreto ( cosa cierta) pero la realidad es que al realizar esa transacción comercial lo que estamos haciendo no es ser solidarios. No . Lo que hacemos es “ser justos”.
Parece algo tan sencillo y tan de “norma vital”, algo tan lógico ( ser justos en todos los aspectos de la vida, es una de nuestras metas ¿no?) que parece increíble que este comportamiento básico se viole y se incumpla ( siempre por interes económicos) y se cree una situación tan injusta que requiera de otra, llamada “Comercio Justo” para intentar equilibrar el abuso. Equilibrar y abuso, ya veís que son antónimos.
La existencia de algo llamado “Comercio Justo” debe provocar una profunda reflexión por nuestra parte , los consumidores finales.
Deberíamos exigir que cualquiera de las cosas que consumimos, que compramos, provengan de un trato JUSTO con todas las partes. Y que no sean mucho más caras que las que provienen del mercado tradicional ( y abusivo).No somos ilusos y vivimos en el mundo real y sabemos que las empresas deben ganar dinero. Pero, lo que no podemos aceptar es que el lucro de multinacionales y grandes grupos poderosos sea a costa del hambre y la miseria de los primeros eslabones de la cadena : los pequeños productores. Lo que debemos exigir es solo lo justo. ¡Imagínate lo que estoy escribiendo!… Sólo lo justo…
Hablemos de café. ¿Os apetece un café?
Según la OIC (2012), 125 millones de personas viven actualmente del café, muchas de ellas empleadas en el servicio de preparación y distribución del producto, pero 25 millones son pequeños productores y productoras en países en desarrollo…
Casi me parece mentira que, mientras yo me tomo mi cappuccino matinal, niños de plantaciones etíopes (donde se cultiva uno de los mejores orígenes del mundo ) malviven desnutridos ya que lo que pagan esas grandes multinacionales, no les da para vivir ( ya ni dignamente, te diría).
También me parece mentira que estas grandes corporaciones, intenten maquillar las realidades ( mientras ganan tanta pasta que casi es indecente) y callarnos la boca con cafés “sostenibles” (triples AAA ), programas de ayuda a productores y cifras no reales a fuerza de no ponderar las medias. Esas cosas forman parte de sus programas de Responsabilidad Social Corporativa y es fantástico que lo hagan pero eso no sustituye el pago JUSTO por la materia prima que compran. La justicia, es un derecho para todos los habitantes de este planeta…
El consumidor, debe poder escoger en su compra diaria , los productos de Comercio Justo certificados en los canales de distribución ordinarios ( y no solo via ONG’s y tiendas de CJ especializadas). Tristemente, sólo debríamos tener acceso a productos “justos” pero, ya que existen los “injustos” , me gustaría que tuvieran la misma opción . La misma visibilidad.Además, se debería realizar una labor de promoción e información sobre su calidad ( se asocia a baja calidad cuando hay productos excelentes ). Y el consumidor podría actuar, comprando lo que considere y penalizando a las empresas aprovechadas, si lo considera.
Es penoso este post…
Y más penoso os parecerá después de ver el trailer del documental “Black Gold” ( www.blackgoldmovie.com).
Por desgracia vivimos en un mundo enfermo.
Si no lo estuviera, las transacciones comerciales deberían ser justas, por defecto…
Mejor tomarse el café antes de ver esto. Después, ya no apetece.
NB1 : Gran artículo sobre Comercio Justo de “Ayuda en Acción”.
NB2 : El Sello Fairtrade garantiza precios mínimos fijados y relaciones comerciales a largo plazo con condiciones justas permanentes a las cooperativas de pequeños productores en los países productores, como por ejemplo México, Perú, Colombia, Bolivia, Guatemala, Tanzania y Etiopía. Además los estándares dan la posibilidad de prefinanciación y garantizan suplementos para el café con certificación orgánica.