Tras pasar una más que agradable mañana en Nara nos dirigimos nuevamente en tren, gracias a nuestro maravilloso JR Pass a Osaka. Además hemos decidido, para aprovechar el tiempo comprar algo de comer en la estación de Nara y hacerlo en el trayecto entre ambas poblaciones. El viaje está ajustado, el día más aún y no queremos perder un minuto. El trayecto entre ambas poblaciones lleva unos escasos 45 minutos que se nos pasan sin darnos cuenta mientras comemos.
Llegamos a Osaka, otra gran ciudad de Japón que tiene como se merece una gran estación, enorme, casi tan impresionante como la de Kyoto. La verdad que es una pena dedicarle tan poco tiempo, pero nuestra agenda es muy apretada aunque no queríamos perder la ocasión de ver el fantástico castillo de Osaka y alguna más de sus maravillas.
Lo primero que hacemos nada más llegar es dirigirnos al Umeda Sky Building muy cerca de la estación donde queremos subir a su mirador que llaman Jardines Colgantes. Una pequeña decepción, no se donde está el jardín, aunque las vistas son muy bonitas. Tienen miradores interiores y exteriores, algunos de los exteriores están cerrados porque ha llovido y las barandillas y escaleras resbalan y se ve que lo cierran por seguridad. También se encuentra allí un homenaje a Federico Moccia y sus famosos candados, el mirador está preparado para “enamorados” puedes hacerte una Foto junto a los candados ya expuestos, y además puedes comprarlos allí mismo y grabar los nombres, y también una sala muy curiosa. En cualquier caso las vistas bien merecen el paseo y subir hasta aquí arriba. Osaka es inmensa, obviamente no tanto como Tokyo, pero muy muy grande con edificios altos por todos lados.
Tras la visita al Umeda Sky Building nos encaminamos de nuevo a los alrededores de la estación donde queremos ir a los almacenes Hep Five para subir a su famosa noria desde la que dicen que también hay una gran panorámica de la ciudad. Lamentablemente y también debido a la lluvia nos encontramos con que la noria se halla cerrada, así que damos una vuelta rápida por los almacenes y nos dirigimos de nuevo a la estación de Osaka donde cogeremos un tren de la línea circular de Osaka que nos dejará en pocos minutos junto al parque de Osaka y el castillo de Osaka.
Damos un paseo por el parque, es un parque muy bonito y hay sombra lo que agradecemos dado el gran bochorno que hace. Aprovechamos para tomar un helado que nos viene de maravilla antes de subir las rampas al impresionante Castillo de Osaka. El castillo está construido en alto, en un terreno rellenado artificialmente según pone en los indicadores, además está rodeado por un foso, lo que le da un cierto aire familiar para nosotros. Visualmente desde el exterior el castillo tiene 5 plantas si bien una vez dentro ves que tiene 8 reales. Además hemos tenido la enorme suerte de encontrar el castillo y sus alrededores totalmente restaurados recientemente, lo que le da un aspecto que impresiona más aún si cabe.
Ya hemos visto otros castillos en este y en otros viajes, pero puedo asegurar que ninguno nos ha impactado tanto como este. Es una autentica maravilla de la humanidad que si estas en Japón no debes perderte. El castillo ha sido destruido, dañado y reconstruido o reparado en numerosas ocasiones, pero siempre siendo fiel al original del siglo XVI.
Tras visitar el castillo y sus alrededores volvemos por nuestros pasos hacia la estación del parque del castillo de Osaka donde tomamos de nuevo el tren circular hasta el barrio de Dotonbori donde damos un paseo, viendo sus tiendas y aprovechamos para cenar y recuperar fuerzas antes de regresar a Kyoto a pasar la noche.
El día ha sido agotador, pero ha merecido la pena, el Gran Buda y los templos de Nara y el Castillo de Osaka, permanecerán en nuestro recuerdo para siempre como huella imborrable de nuestro paso por Japón.