Muchos de los diseños que se han presentado en la New York Fashion Week me han enamorado completamente, como no lo han hecho en la pasarela madrileña. Pero entre tanto diseñador y colección hecha a la perfección, destaca Oscar de la Renta.
Tengo que reconocer que entre todos los diseñadores que puedan existir en el mundo, siempre he tenido debilidad por él y por sus propuestas. Hace unos años me conquistó totalmente con el vestido rojo que Leighton Mester, en el papel de Blair, lució en uno de los momentos más punteros de la serie americana. Y así poco a poco me he ido enganchando a todo lo que hace. Hoy os enseño la colección que presentó el martes sobre la pasarela Neoyorquina, que aunque seguramente ya habréis visto en muchas otras webs, requiere aquí un lugar especial.
El desfile comenzaba con diseños protagonizados por el binomio rojo-negro, una combinación que me encanta y que considero que cuando se utiliza correctamente aporta mucha elegancia a cualquier tipo de look. Tejidos con cierto brillo, simulando al látex, y raso estuvieron presentes en estas primera propuestas. También destacar los collares y los broches.
Posteriormente se presentaron diseños en crudo y otros más coloridos, donde lo verdaderamente importante eran los calados y las transparencias. Faldas con aberturas y algún que otro traje de chaqueta y pantalón los completaban. El intento por resaltar la feminidad de la mujer de los años 50 y 60, estaba presente en todos y cada uno de los diseños.
Llegó el momento de mostrar el color en su total plenitud. Amarillos, rosas, azules... colores muy intensos y en alguna que otra ocasión brillantes, como habíamos podido ver anteriormente, conformaban parte de esta colección. También pudimos ver modelos en los que se combinaban las rayas y los cuadros. Una tendencia que ha estado presente también en las colecciones de otros diseñadores que han pasado por esta pasarela. Una vez más los collares me llaman la atención, y como siempre el intento por resaltar la figura de la mujer con cinturones también muy atractivos.
Los toques irreverentes, y en algún que otro caso formal, que habíamos podido ver en los diseños anteriores, se acababan. Llegaban modelos mucho más elegantes, en negro y en ocasiones en combinación con blanco y algunos toques de pedrería. Palabras de honor, aberturas y transparencias protagonizaban estas prendas.
Los monos y los shorts también tuvieron un lugar privilegiado, en colores fuertes y con estampados lejos de la tendencia presente en muchas de las colecciones que vamos a ver esta temporada.
Los tonos pasteles como el rosa o el azul tampoco faltaron y se encargaron de ponerle el punto divertido y dulce a esta colección. Tejidos sedosos y ligeros, con pedrería y una vez más con calados.
El desfile acababa con un diseño precioso en gris plata, con pedrería y palabra de honor.
¿Qué os ha parecido esta colección?
Espero que os haya gustado tanto como a mí y hasta la próxima
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