Revista Opinión
autor: blog Agua Viva
Oscar Wilde nació en una familia irlandesa protestante, eso quiere decir que no tuvo formación católica en su hogar, sin embargo su aprecio por el catolicismo y la liturgia se ve reflejado en su obra “El retrato de Dorian Gray”:
“En una ocasión se rumoreó que se disponía a convertirse al catolicismo;y, desde luego, el ritual romano siempre le había atraído mucho. El diario sacrificio de la misa, más terriblemente real que todos los sacrificios del mundo antiguo, le conmovía tanto por su supremo desprecio del testimonio de los sentidos como por la primitiva simplicidad de sus elementos y el eterno patetismo de la tragedia humana que trataba de simbolizar. Le gustaba arrodillarse sobre el frío suelo de mármol, y contemplar al sacerdote, con su tiesa casulla floreada, apartar lentamente con sus manos marfileñas el velo del tabernáculo, y alzar la custodia con la pálida hostia que a veces, a uno le gustaría creer, es realmente el panis caelestis,el alimento de los ángeles; o, revestido con los atributos de la pasión de Cristo, partir la sagrada forma y golpearse el pecho para pedir la remisión de todos los pecados. Los humeantes incensarios, que los serios monaguillos, con sus encajes y sus sotanas rojo escarlata, lanzaban al aire como grandes flores doradas, ejercían sobre Dorian Gray una sutil fascinación. Al salir de la iglesia, miraba con asombro los negros confesionarios, y le hubiera gustado sentarse en el interior de uno de ellos para escuchar cómo hombres y mujeres susurraban a través de la gastada rejilla la verdadera historia de su vida.” Capítulo 11
“También sentía una especial pasión por las vestiduras eclesiásticas, como de hecho por todo lo referente al servicio de la Iglesia. En los largos baúles de cedro, dispuestos a lo largo de la galería oeste de su casa, había almacenado gran número de ejemplares raros y soberbios de lo que es realmente el aderezo de la Esposa de Cristo, que debe adornarse con la púrpura, las joyas y el lino de mejor calidad para ocultar su pálido cuerpo, mortificado, gastado por el sufrimiento que ella misma busca y herido por los dolores que se inflige. Dorian poseía una suntuosa capa pluvial de seda carmesí y damasco con hilo de oro, en la que las granadas repetían un motivo estilizado de flores de seis pétalos, a cuyos lados se reproducía en perlas finas el emblema de la piña. Los orifrés estaban divididos en paneles representando escenas de la vida de la Virgen, y bordada su coronación en sedas de colores sobre la capucha. Se trataba de un trabajo italiano del siglo XV. Otra capa pluvial era de terciopelo verde, bordado con grupos de hojas de acanto en forma de corazón, de los que surgían flores blancas de largo tallo, trabajadas en hilo de plata y cristales de colores. El broche lucía una cabeza de serafín bordada en relieve con hilo de oro. Los orifrés estaban tejidos en un adamascado de seda roja y oro, y constelados con medallones de muchos mártires y santos, entre los que se hallaba san Sebastián. También se hizo con casullas de seda color ámbar, y seda azul y brocado de oro, y de seda adamascada amarilla y paño de oro, con representaciones de la Pasión y la Crucifixión de Cristo, y bordadas con leones y pavos reales y otros emblemas; dalmáticas de satén blanco y de damasco de seda rosa, decoradas con tulipanes y delfines y flores de lis; frontales de altar de terciopelo carmesí y lino azul; y muchos corporales, velos de cáliz y sudarios. En la utilización mística asignada a aquellos objetos había algo que estimulaba su imaginación. Capitulo 11
No obstante, en el mismo capítulo a renglón seguido muestra un prejuicio muy común en la actualidad: creer que al convertirse en católico la persona deja de desarrollarse intelectualmente (totalmente absurdo porque contamos con sacerdotes físicos, economistas, abogados, etc. ) Este prejuicio es un obstáculo para la acción de la gracia.
“Pero nunca cometió el error de detener su desarrollo intelectual aceptando de manera oficial credo o sistema alguno.” Capítulo 11
La infancia de Wilde en el seno de una familia culta y liberal transcurre normal y tranquilamente a excepción del hecho que fue vestido asiduamente con ropa de niña porque la madre deseaba tener una hija.
En su periodo de formación en el Magdalene College, Wilde es fuertemente influenciado por el esteticismo . Comienza a llevar el pelo largo y a desdeñar abiertamente los deportes llamados “masculinos”. Decoró su cuarto en el College con plumas de pavo real, lilas, girasoles, porcelana y otros objetos de arte. Su comportamiento excéntrico le costó que lo zambulleran en el río Cherwell y le destrozaran el cuarto.
Después de graduarse en el Magdalene College regresa a Dublín y conoce a Florence Balcombe de quien se enamora, pero ella inició una relación con otro hombre y al enterarse se va de Dublín. En Londres conoce a Constance Lloyd y le pide matrimonio. Tuvo 2 hijos con ella. Amó profundamente a su esposa y tiernamente a sus hijos.
El escándalo
En 1895, en la cima de su carrera fue el protagonista de un incidente que escandalizó a sus contemporáneos. Mantuvo íntima amistad con Lord Alfred Douglas (Bosie). El marqués de Queensberry, padre de Douglas, al enterarse de la relación intenta ponerle fin. Fue a buscarlo al club que frecuentaban ambos y le dejó una nota : ”A Oscar Wilde que alardea de sodomita”. Wilde entabla un juicio contra el Marqués de Queensberry por difamación pero después que el abogado Edward Carson (que odiaba a los irlandeses) somete a Wilde a un riguroso interrogatorio, el demandante pasa a ser el acusado; como consecuencia es detenido y tuvo que pasar por un juicio en el cual fue condenado a dos años de prisión por grave indecencia y sodomía.
En la cárcel escribió De Profundis, una carta llena de resentimiento dirigida a Lord Alfred Douglas. Tiene tiempo para reflexionar sobre el significado del dolor y llega a la conclusión que es la pura respiración del alma, que el momento más sublime de un hombre es cuando cae de rodillas y confiesa sus pecados, y de Jesucristo escribió: “Su moral es solo amor, justo lo que la moral debiera ser. Con que solo hubiese dicho “le serán perdonados sus muchos pecados por lo mucho que amó”, valía la pena morir por estas palabras. ”
Debido al escándalo su esposa se separa de él. Constance cambió el nombre y apellido de sus hijos por Holland para desvincularse del escándalo, aunque nunca se divorciaron. También obligaron a Wilde a renunciar a la patria potestad de sus hijos.
Sale de la cárcel resentido con la sociedad inglesa y se va a vivir a Paris y de allí se traslada a un pueblito costero al norte del país viviendo bajo el nombre falso de Sebastian Melmoth. En ese pueblito conoce a un sacerdote irlandés de la iglesia de San José.
Este bendito sacerdote lo ayuda en su itinerario hacia el catolicismo.
Tres años después de haber salido de la cárcel fallece de meningitis. Antes de morir y en pleno uso de sus facultades mentales ingresa a la fe católica, recibiendo las aguas bautismales, tal como había escrito años antes de su partida: “el catolicismo es la religión en la cual moriré”.
En el capìtulo 12 de El Retrato de Dorian Gray escribió:
–Nunca es demasiado tarde. Arrodillémonos y tratemos juntos de recordar una oración. ¿No hay un versículo que dice: «Aunque vuestros pecados fuesen como la grana, quedarían blancos como la nieve»?
Nunca es demasiado tarde. La conversión de Oscar Wilde se puede considerar el resultado de un largo y difícil proceso de acercamiento al Misterio, a Dios, donde la gracia hizo su parte, y Wilde la suya: dejarse alcanzar por la gracia, no poner resistencia.
La Iglesia Católica es una madre que nunca abandona a sus hijos y reclama a Oscar Wilde como hijo suyo, un hombre excéntrico con una personalidad compleja y rica que buscaba la verdad y la encontró.
No estamos aquí para juzgar/condenar a las personas (Lucas 6, 36-38), esa no es nuestra misión. Nuestra misión es acercar a las personas hacia Jesús, con la palabra y el testimonio de vida, el resto es obra de la gracia y la respuesta del hombre.
Como suele ocurrir, su conversión arrastró a otras personas: su hijo menor y algunos amigos como Robie Ross, Aubrey Beardsley, y John Gray, en quien se inspiró para la figura de Dorian Gray. John Gray entró al seminario en Roma fue ordenado sacerdote ejerciendo su ministerio en Escocia (en la mayoría de las biografías que se encuentran en internet omiten esta parte de la historia. Para los que entienden italiano recomiendo leer “Il ritratto di Oscar Wilde” de Paolo Gulisano, Editrice Ancora)