En los últimos años vengo observando que la noche de los Oscars los mejores modelitos se terminan viendo en eso que llaman las after parties. O lo que es lo mismo, en los saraos que se montan para: 1)que las que no van a la gala tengan un plan esa noche; 2) los ganadores sigan luciendo palmito, en la mayoría de las ocasiones, cambiando de modelo.
Así de fieles a la tradición fueron Anne Hathaway, con otro Prada primo hermano del anterior, y Amy Adams, con otro Oscar de la Renta, aunque un poco más de andar por casa.
Jennifer Lawrence cambió su Dior por este Calvin Klein metalizado, que me gusta mucho menos que el blanco de Dior
Valentino fue uno de los diseñadores que más vestidos consiguió colocar en la alfombra roja, y de todos los estilos y colores: sexy con Miranda Kerr y ñoño con Zooey Deschanel, que mirad que me gusta, pero el aire pazguato se le está yendo de las manos.
También de Dior, y coincidiendo en color, Allison Williams y Natalie Portman, que con ese corte tan raro, han hecho que me salten las alertas: otra vez embarazada?
Mi Valentino, que ya llevó Sally Field en la gala con modificaciones, en estado original en el cuerpo de Hillary Swank. Aunque me encanta el vestido he de reconocer que no es muy favorecedor, no se si es el color, la gasa o ambas cosas juntas, pero ensancha mucho visualmente.
Dos grandes ausentes de la red carpet reivindicaron a uno de mis diseñadores favoritos y que también se quedó fuera de las grandes. Diane Kruger y Kate Bosworth, de Giambattista Valli.
Amanda Seyfried y Zoe Saldaña cambiaron sus respectivos modelitos por sendos vestidos de Givenchy. Amanda mejor de rojo; Zoe, mejor como estabas.
Alguna me comentaba hoy que había echado de menos a Heidi Klum en la gala. Pues aquí la tenéis, con ese escotazo indescriptible, a medio camino entre Sonia Monroy (otra invitada de excepción) y una tronista de MYHYV vestida de Julian McDonald. Naomi, que ya se había propuesto brillar por ella misma, lo confirmó con este vestido de Pucci, que sinceramente, me parece un horror.
También en la onda brilli-brilli, Halle Berry, que ayer nos dejamos fuera, de Versace; y Minnie Driver, de pescadilla
Maribel Verdú nos enseñaba la semana pasada que los largos al tobillo no son buenos compañeros en estas ocasiones, pero nuestras amigas no han aprendido la lección. Kate Bosworth, de Monique Lhuillier y Paz Vega de Stephan Rolland, no consiguieron superar la prueba.
También me dejé ayer fuera a Sandra Bullock, muy guapa y muy igual que cada año de Elie Saab; y Renee Zellweger, de (oh sorpresa!) Carolina Herrera (y sin peinar)
Y el momento surrealista, para cerrar el capitulo oscariano de este año: Emmy Rossum, vestida no sabemos si de griega, de Bollywood o de fallare; y Kirsten Stewart, con muletas y (pelos) a lo loco, de Reem Akra.
Y colorín colorado, los Oscars 2013 se han terminado.
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Autor:
Cameron