HBO ofrece una película para televisión sobre las conversaciones secretas que tuvieron lugar a principios de los años 90 en la capital noruega entre representantes de Israel y de la Autoridad nacional palestina. El objetivo era llegar a un acuerdo de mínimos entre las dos partes que pudiera ser la base para un proceso de paz.
A la hora de abordar una obra audiovisual sobre hechos reales de política internacional, la primera cuestión sobre la que hay que decidir es si hacerlo en formato documental o dramatizarlo y convertirlo en ficción. Y, de hecho, la pregunta de por qué en Oslo se ha apostado por lo segundo no parece tener una respuesta satisfactoria. La ficción tiene unas normas muy diferentes a la no ficción: necesita de desarrollo de personajes, de arco dramático, de puntos de inflexión, de diseño y composición de las secuencias …. Todos estos elementos son de una gran pobreza en la película que nos ocupa.
Nos encontramos ante un telefilm a la antigua, al estilo del siglo XX: puesta en escena simple y esquemática de planos y contraplanos, personajes de los que desconocemos su vida y experiencia previa a la participación en las conversaciones, ausencia de tramas secundarias de interés, ….. La película parece vivir ajena a la revolución de la televisión y del documental que ha tenido lugar durante las dos últimas décadas.La dramatización de hechos reales y conocidos relativos a conflictos políticos es un género muy complicado cuyo rey es sin duda Costantin Costa-Gavras, que lleva ya 50 años demostrando su arte en este terreno, como pudimos comprobar recientemente en su último trabajo, Adultos en la habitación, basado en el enfrentamiento entre la llamada Troika y el gobierno griego durante la crisis de deuda que ha golpeado el sur de Europa durante la última década. El savoir faire de Costa-Gavras se echa de menos en este título, cuyo director, el californiano Bartlett Sher, llegado del mundo de teatro y ajeno tanto a la televisión como a la política como al conflicto árabe israelí, carece de la experiencia, y probablemente también de la competencia, necesaria para sacarlo de la mediocridad.
Aparte de la cuestión formal, de como se cuentan los hechos, otro déficit de la película es su necesidad o su motivación. Las conversaciones de Oslo tuvieron lugar justo después de la caída del Muro de Berlín, cuando se anunciaba el Fin de la Historia y se pensaba que, superada la Guerra Fría y el gran conflicto internacional, los pequeños conflictos locales podrían superarse con mayor facilidad. Casi 30 años después, este entusiasmo brilla por su ausencia y gran parte de la opinión pública occidental en la actualidad ve el enfrentamiento árabe-israelí como una cuestión enquistada e irresoluble a medio plazo, por lo que no está claro el interés ni la utilidad de echar la vista atrás a las conversaciones de Oslo. Más aun cuando ya existe un documental reciente, The Oslo diaries, de 2018, llevado a cabo por dos directores que sí son expertos en la política del estado de Israel.El público de Oslo, por todo lo explicado, parece limitarse a los nostálgicos de los 90 y / o a los muy interesados en el conflicto árabe-israelí.
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- ##check## Lo bueno
- Recuerda un episodio, las conversaciones de Oslo para la paz en Oriente Medio, que puede motivar a los nostálgicos de los 90 y los interesados en la política internacional.
- ##times## Lo malo
- Puesta en escena simple y esquemática de telefilm tradicional.
Su escaso desarrollo dramático y de personajes no justifica la opción por la ficción en lugar de por el documental.
El tratamiento de la película no explica su vinculación con la actualidad ni el interés que puede tener recordar este episodio, aparte de la nostalgia.
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- Puntuación Total 4 / 10
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