Pasaje destacado"Al parecer, siempre había habido un oso allí. Ese lord Byron que tanto le gustaba al primer coronel había tenido un oso. Jocelyn Cary tenía un oso. Y allí seguía habiendo un oso. La tía de Joe King, Lucy Leroy, de cien años, aunque quién lo diría, había cuidado del animal tras la muerte de Cary. Ahora Lucy se había ido. El oso estaba ahí detrás, seguramente dormía. Pero ella tenía que saber lo del oso.
Está aquí y pertenece a este lugar. No sé de dónde lo sacaron, no hay osos por los alrededores. Y, aunque puede que Lucy lo sepa, se ha ido a casa de su sobrina. No se me ocurría cómo diantres contártelo, pero me caes bien. Le pregunté a Joe antes de que se fuera y me dijo: “Que lo trate como a un perro”. Pero no te confíes demasiado hasta que el oso te conozca, porque es bastante viejo… Nadie recuerda exactamente cuánto, pero viven entre veinticinco y treinta años, conque muy joven no será. "
Marian Engel (Toronto, 1933-1985) es una escritora canadiense y “Oso” su quinta novela, considerada como una de las mejores y más polémicas novelas canadienses de todos los tiempos. Cuando se publicó en 1976 (a España llegó en 2015 gracias a la editorial Impedimenta), fue un auténtico escándalo, causó enorme impacto y sufrió muchísimas críticas por el tema que ocupa, pero a pesar de ello, se alzó con el Premio Governor General’s Literary Award.
La trama a grandes rasgos sin spoiler
Lou es una bibliotecaria-bibliógrafa de 27 años bastante aburrida de la vida y desmotivada, que trabaja en el oscuro sótano de la Biblioteca del Instituto Histórico de Toronto entre documentos que a nadie interesan, papeles amarillentos, tinta parda y mapas que se desintegran al desplegarlos.
Al verse los brazos pálidos como babosas y las huellas dactilares con manchas de tinta viejísimas, al comprobar que los comunicados del tablón de anuncios estaban arrugados y obsoletos, al descubrir que sus ojos ya no enfocaban ante tanta luz, siempre se avergonzaba, pues la imagen de la Buena Vida que tiempo atrás había grabado en su alma era muy distinta de esta, y el contraste le hacía sufrir.
Cuatro años atrás, el Instituto había recibido una carta de un bufete de abogados de Ottawa en la que se les comunicaba que un tal «Coronel Jocelyn Cary» le había legado la propiedad de Pennarth en la ficticia isla de Cary al norte del país, junto con todo el contenido de sus edificios. Por supuesto los familiares impugnaron el testamento, pero no les sirvió de nada, ya que recientemente el Instituto ha ganado el juicio con las costas incluidas.
Pennarth tiene una biblioteca con libros presumiblemente muy valiosos del siglo XIX y documentación relevante sobre los primeros asentamientos y colonizaciones en la zona, por eso el director decide que Lou va a ser la encargada de ir a la isla a inspeccionar y catalogar el fondo ese mismo verano. Así que para allá que se va dispuesta a aprovechar y a disfrutar de ese cambio en su monótona vida.
No lograba asimilarlo. Estaba perpleja. Tenía que haber una palabra para aquel maravilloso hallazgo: alegría, golpe de suerte, cualquier cosa que llegaba de casualidad… ¡Ah, sí, buena fortuna! Sin abandonar su trabajo, que le encantaba, la habían depositado en una gran mansión de la provincia, a principios de verano y en una de las mejores zonas de vacaciones. Estaba algo aislada, pero siempre había disfrutado de la soledad. Y la idea del oso resultaba maravillosamente isabelina y exótica.
La casa está al lado de un río y es una enorme mansión octogonal de seis habitaciones, entre ellas la biblioteca, totalmente amueblada en medio de un paraje de extremada belleza natural. Allí, nuestra bibliotecaria recibe la inestimable ayuda de Homer, un conocido del director que le presta la barca y que además es el dueño del aserradero, del camping y de la tienda de comestibles del pueblo cercano. Además, Homer la ayuda a establecerse en la casa, le enseña a usar las lámparas de queroseno, el regulador de tiro de las estufas de leña, le da consejos para poder pescar, plantar un huerto, recolectar espárragos y setas, en definitiva, le enseña pautas esenciales para sobrevivir en un entorno tan agreste.
Las dos chimeneas acotaban la escalera. Encima brillaba un enorme lucernario acristalado. Aparte de eso, la primera planta era un espacio abierto. Cuatro de las paredes estaban formadas por ventanales que ascendían de unas consolas adosadas; las otras cuatro estaban cubiertas de librerías acristaladas. Había grandes sofás delante de las chimeneas y mesas bajas cubiertas de infolios. Una compleja lámpara de queroseno colgaba sobre la consola que daba al río. Las ventanas estaban protegidas por unas persianas enrolladas de lona, de aspecto náutico.
Además, a Lou le aguarda una gran sorpresa: en uno de los cobertizos de madera del jardín hay un oso viejo y dócil que deberá de cuidar y alimentar, algo que hace con agrado a pesar de no sentir demasiado entusiasmo por los animales. Un Oso triste y apagado con el que, motivada quizás por la soledad y el tremendo aislamiento que la rodea, forja una relación especial, al principio muy primaria de simple acompañamiento, pero que poco a poco se convierte en afectiva, bastante emotiva e incluso íntima. Y hasta ahí os puedo contar. . .
Si hacía calor, se llevaba al oso al río. Él no mostraba el menor entusiasmo canino cuando iba a buscarlo, solo la seguía dócilmente al notar que Lou tiraba de su cadena. Luego, una vez en el agua, se sentaba como un plácido bebé miope que disfruta del regreso a la existencia líquida.
Los puntos fuertes de la novela
✔ Siendo la protagonista una bibliotecaria que disfruta con le lectura (¿os suena?, a mí sí), no resulta extraño que en la novela se nos hable también de libros y autores, sobre todo de los que Lou va encontrando y catalogando en la biblioteca. Hay muchos libros dentro de este libro, y eso ha sido para mí, un plus más adicional.
Lou había acabado ejerciendo su profesión porque le encantaba leer. Cayó en la cuenta, mientras curioseaba por las grandes estanterías, de lo poco que leía ahora. Trabajaba sobre todo con papeles indescifrables y mapas sobrescritos. En lo que a libros concernía, solo se ocupaba de su exterior. Aquí tendría tiempo para leer.
✔ La prosa de esta autora es clara, bonita, elegante y su obra me ha parecido bastante valiente, temeraria, y muy adelantada a su época, sobre todo teniendo en cuenta los tiempos en los que fue escrita y publicada (años setenta del siglo pasado). No puedo evitar preguntarme si hoy en día causaría también cierto escándalo, es probable que así fuera, según en qué círculos. Hay que destacar que la novela fue ensalzada por escritores de tal envergadura como Robertson Davies, Margaret Atwood, Timothy Findley, Alice Munro o Margaret Laurence, con quienes la autora llegó a mantener incluso correspondencia.
Era majestuoso. Cien metros de ribera se habían transformado en amplios prados que empezaban a reverdecer. Una hilera uniforme de magníficos arces en flor bordeaba la orilla. Más allá corría la plata del río, que serpenteaba en los bajíos y desaparecía de nuevo entre los raquíticos abedules y la maleza. No se veía ninguna otra casa.
A pesar de que a veces lo relatado pueda producir cierta inquietud y desazón (no ha sido mi caso, pero entendería que así fuese en otros lectores), la realidad es que está escrita con bastante delicadeza y una suavidad casi poética que me ha encantado. Otro dato a tener en cuenta es que, aunque la protagonista de la novela sí se autoanaliza y realiza sus propios juicios de moral porque en el fondo sabe que no está bien y que no es muy normal lo que está sintiendo y haciendo, la autora solo se limita a exponer, a contar los pensamientos de la protagonista, pero en ningún momento la juzga, no juzga su comportamiento, algo que se agradece, sin duda.
✔ Esa vuelta a los orígenes de puro contacto con el mundo natural, con el bosque, el río, los pájaros (dicen de ella que es “una auténtica parábola de la vuelta a la naturaleza”) y su conexión con Oso, consiguen durante su estancia allí que Lou se reencuentre consigo misma, que encuentre su lugar que había perdido en el mundo, obrando un cambio radical en ella respecto a la percepción de la vida y una evolución personal considerable.
Durante un tiempo las cosas le habían ido mal. No podía mencionar ningún problema en concreto; más bien era como si la vida, en general, la tuviese tomada con ella. Todo se empeñaba en volverse gris. Aunque al principio se había divertido en la reclusión erudita del trabajo, en la protección que le daba frente a las vulgaridades del mundo, después de cinco años sentía que su empleo la había envejecido desproporcionadamente, que ahora era tan vieja como los papeles amarillentos que se pasaba los días desplegando. Si muy de vez en cuando alzaba la vista del pasado y miraba el presente, este se esfumaba ante sus ojos, tan inaprensible como un espejismo.
✔ Una curiosidad: se sabe que Marian Engel inició la escritura de “Oso” con el objeto de escribir una novela de corte pornográfica que se vendiese bien, tuviese éxito y le permitiese ganar dinero para mantener y educar a sus hijos, tras su divorcio. Pero lo que le salió fue otra cosa muy distinta e inesperada, de mucho éxito, sí, pero para nada soez ni pornográfica.
✔ Esta lectura es el fruto de una recomendación: una buena amiga que conoce bastante mis gustos lectores después de haberlo ella terminado, me dijo exactamente estas palabras: “merece la pena leerlo, es muy corto, ¡léetelo!!!” y yo pensé. . ., “pues si Irene me dice que tengo que leerlo es que tengo que leerlo”, me puse con ella casi de inmediato y no me ha durado ni un suspiro. Me ha encantado, me ha resultado una lectura preciosa, y curiosa, completamente distinta a todo lo que podía imaginar cuando comencé a leerla, casi sin tener ni idea de lo que me iba a encontrar. Irene tan solo me dijo que trataba de “una bibliotecaria sosa y aburrida que la mandan a organizar una biblioteca perdida en una isla. Y allí, tiene una relación muy curiosa con un oso”.
✔ He leído por ahí que hay película basada en el libro, pero no he sido capaz de encontrar nada al respecto y mira que he buscado, aunque sí que he encontrado un tráiler de la supuesta película. Igual el proyecto se tuvo en mente en algún momento y luego nunca se hizo. Si alguien tiene alguna información al respecto, si algún cinéfilo de los que venís a visitarme, sabe algo, por favor contadme por aquí o en privado por Instagram. Resumiendo: "Oso" es una novela corta pero que narra una historia compleja, extraña y provocadora. Provocadora porque quizás pueda escandalizar a más de un@, pero que leída dejando a un lado todo tipo de prejuicios y juicios de moral, puede resultar también muy sorprendente y provocarnos reflexiones interesantes, necesarias e incluso imprescindibles para poder exprimirla bien y sacarle todo el jugo posible a la obra.
Sentarse a su lado le daba una extraña paz. Como si el oso, al igual que los libros, conociese generaciones de secretos, pero no sintiera la menor necesidad de revelarlos.
¿Os recomiendo leer esta novela? Por supuesto, porque es muy cortita, tan solo 168 páginas que se leen en una sentada, porque es extravagante y atípica, pero también porque prevalece en ella una magnífica y destacable calidad literaria. Pero, como ya habréis podido imaginar, no a todo el mundo, porque quizás pueda herir algunas susceptibilidades. Vosotr@s sabréis, cada cual que decida. . . Si os llama la atención y os apetece leerla, sí os recomiendo que os lancéis a por ella de cabeza sin indagar en nada, sin saber nada más que lo que yo os he contado por aquí.
Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente: