Son floreros de porcelana pulida, blancos, sin colores. Su diseño, simple, me gusta por su gran impacto visual.
Me siento transportado a mi niñez, cuando las cosas eran simples y sencillas. Me traen recuerdos de sabanas limpias, blancas, a juegos infantiles, mañanas frescas…
Estos floreros están hechos de forma artesanal por la diseñadora portuguesa Paula Valentim, y los comercializa directamente a través de su tienda, Otchipotchi en Lisboa.
Están pensados para ser colgados en la pared, a modo de cuadros. En la colección te encuentras también con unas golondrinas, que se pueden colgar en la pared al igual que los floreros y pueden ser el complemento ideal.
No puedes tampoco dejar de admirar el florero de sobremesa, con unas líneas sencillas y puras, al igual que toda la colección.
Merece la pena visitar la tienda de Paula, Otchipotchi, te lo recomiendo, además los precios son muy asequibles, que desde luego no van en concordancia con el diseño, que es de altura.