Otegi y el Txé Gebara

Rodríguez Zapatero definió a Arnaldo Otegui como “hombre de paz” cuando negociaba con ETA, pero ahora que la Audiencia Nacional lo ha condenado a diez años de cárcel por codirigir la estrategia de la banda, otros socialistas como el presidente vasco Pachi López se lamentan porque esta sentencia “frustra a un importante sector de la sociedad vasca”.

También habría frustrado a un importante sector de la sociedad alemana la detención de Hitler antes de 1933.

Una frustración justa era la del fallecido diputado del PP Gabriel Cisneros. El Supremo no condenó a Otegui por intentar asesinarlo en 1979, hiriéndole gravemente en el vientre durante un intento de secuestro al que el político se resistió.

Desde hace más de una década a Otegui, de 53 años ahora, habla de paz con la lengua bífida y dientes ponzoñosos de los ofidios.

Porque las fuerzas de seguridad saben que es uno de esos jefes etarras ocultos que ordenan asesinatos, como el supuesto sindicalista Díez Usabiaga, condenado también por la Audiencia Nacional.

Ahora tiene callados a los comandos pero puede reactivarlos, aunque ETA esté en decadencia no por su voluntad, sino por los éxitos policiales que empiezan mucho antes de Zapatero, Rubalcaba, Camacho y los trucos del Faisán.

La banda no ha desaparecido. Para que ocurra debe cumplirse inexorablemente la ley, sin tregua ni benevolencia alguna, aunque los jeremías filonacionalistas pidan lenidad con este personaje.

Además, todavía podrá liberarlo el Supremo, al que apelará. Y si ETA se disuelve, los gobiernos están autorizados a conceder indultos.

Hay otro delito. Periodístico: frecuentemente escribimos Otegi, sin u, siguiendo la grafía separatista creada por Sabino Arana, en lugar de Otegui.

O Patxi en lugar de Pachi a un señor que se apellida López. Y ahora Txe Gebara por el Che Guevara, como escriben los indigenistas, los piqueteros argentinos inspiradores de los 15M antipapales, y los izquierdistas latinoamericanos vinculados a ETA, que son muchos y crecen como esporas.

 

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Diario Público

El periódico de Jaume Roures, cada día más antisistema tras la caida de Zapatero, que impulsó su salida para tener su propio periódico progresí, denuncia sin pausa a los evasores de impuestos.

Una actitud loable en quien tiene un limpio historial financiaro. Pero no parece ser el caso de este medio. Lo expone el excelente El Blog Salmón, especializado en economía.

El diario que denuncia los paraísos financieros se controla desde Holanda, que para este tipo de negocios tiene una legislación sumamente favorable.

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SALAS Variaciones sobre Europa.