Otoño

Otoño, un otoño más, si no fuese por unas gotas de sangre. Nada importante puede ser por cientos de cosas. Al principio ni se para uno a pensar, aunque poco a poco empieza a preocuparte la continua presencia de esa irregularidad.

Visita al médico ya con la preocupación de un mes repitiéndose el episodio, nada, le damos un tiempo en espera que de más síntomas. Un mes y otro mes y más meses con un pretexto para una espera y pruebas y más pruebas y más esperas. Todo esto sazonado con mil temores, más de mil miedos y el desconocimiento de lo que tienes dentro que te está rompiendo y consumiendo. Visitas al baño más continuas y la misma sangre, más sangre y menos peso con el paso de los meses mi cuerpo pierde fuerza ya no soy quien fui ¿Dónde acabara esto?

Al fin en seis o siete meses un diagnóstico. Colitis Ulcerosa, me pregunto, esto es empezar o acabar. Otra etapa empieza, las preguntas se amontonan, la información la devoro esperando encontrar en ella una respuesta a todo este sin vivir. Hasta donde me lleva esta enfermedad, otra vez el futuro, ¿Qué futuro?

El paso del tiempo hace que la medicación haga su función y al tiempo se abre ese futuro que dudaba que existiera, porque existe, con limitaciones, sí, pero como todas las enfermedades que nos incapacitan hay que saber, mejor dicho aprender a vivir con ellas.

Ahora el contenido de unos sobres son mí unión con la normalidad. Esa normalidad que solo los que tenemos estos problemas sabemos.

La vida continua y nada ni nadie puede saber cuándo será el final mientras tanto, vivo.

Blas García López