Estos chicos que hay quienes les hacen pasar por los demócratas de Medio Oriente. Estos adalides que se ganan los valores democráticos aplastando a sus vecinos palestinos, ocupando sus tierras y oprimiendo, controlando su vida y su muerte, dan a menudo muestras de ser la “verdadera democracia” y amparándose en su poder, gracias a sus amigos yanquis, hacen, deshacen y vuelven a demostrar, sin el menor de los sonrojos, que su amor por las libertades se las trae al pairo.
Ni más ni menos que Noam Chomsky, sin ninguna duda uno de los más grandes sabios vivos, ha tenido la osadía de querer ir a Cisjordania --tierra palestina controlada por los israelíes, quienes gracias a los territorios conquistados ilegalmente por la fuerza, obligan a pasar por su frontera a quién allí vaya-- a dar una conferencia invitado por Universidad Bir Zeit de Ramala, y naturalmente estos demócratas le han prohibido la entrada en Palestina.
Recuerdo, por si alguien no lo sabe, que Chomsky es de familia judía, pero contrario a las tesis de las autoridades israelíes. Eso, sólo eso, el que pueda hablar para decir lo que piensa, aunque sea fuera de Israel es lo que prohíben. Eso que tanto ensalzamos como es la libertad de expresión, estos demócratas israelíes la dejan hechas añicos.
No pasa nada, apenas unos letras en un periódico, una noticia invisible. Yo me pregunto ¿qué hubieran dicho estos medios de comunicación que tanto dicen defender la libertad de expresión, y hoy callan y otorgan, si le hubieran rechazado la entrada en Bolivia, Cuba o Venezuela? Ya se lo digo yo, hubieran montado un escándalo. Claro que hay que recordar que Israel tiene bula, no lo olvidemos.
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