Revista Cultura y Ocio
Día 23 + ¿ aproximadamente. Me he comido al tiburón. Derramo lágrimas de cocodrilo. Ya, sin esperanza, sólo espero la recogida. He perdido la batalla, acurrucado aguardo el paso del tiempo que se estanca riéndose de mí. Día 1 El barco me ha dejado en el islote. Sólo tiene una pequeña arecácea o puta palmera, sin frutos y con 3 miserables hojas. Sombra de una estrella. Día H. Hora D. (No en Normandía, en mi sofa, en mi casa, meses antes del desaguisado) Era una huelga de hambre la posibilidad a tan meditada decisión. Estaba rumiado durante innumerables ágapes pero al darle vueltas, encontré el fallo y como consecuencia de ello, determiné la solución y era, una huelga de hambre en un lugar sin posibilidad de que mi débil fuerza de voluntad se quebrase. En un islote abandonado. Sólo 30 días. El jeroglífico estaba descifrado. Día 15 Llevo quince días sin moverme de la plataforma. Estoy entumecido, cansado y hambriento. Me levanto dolorido, mi piel está acartonada y agrietada. La mueca de alegría clavada en mi cara desde el primer día es un signo de enajenación para el mundo y una victoria para mi ajada humanidad. Gano la orilla, humedezco mis manos cuarteadas aguantando el escozor que me produce la sal. Mis rodillas no aguantan mi peso y me siento calentando la arena. La ola, pienso sólo una, se relame entre mis tobillos. Ciego al sol con mi mirada de odio y desprecio. Te daría con un CFC, pienso. Voy a levantarme y lo veo con una sonrisa plena de dientes y mi pie derecho entre ellos. Lo miro odiándolo y amándolo con mi cabeza revolucionada. No hay dolor, es tan rápido !, sólo un borbotón rojizo que le escupe. Un torniquete y vacío. Día 16 + ¿ aproximadamente La arena me golpea la cara empujada por la brisa como un despertador de sol. Me abalanzo braceando como un reptil hasta la plataforma, una risa agotada e insana se trasmite como una onda huracanada sobando la espuma de los mares desde mi garganta. Día 2 al 14 He pasado 312 horas sumido en los huecos de mi mente con mi vista fija en los dígitos que van sonriéndome entre guiños. Van cayendo los gramos sin parar. Día 16 + ¿ aproximadamente El pie son 2 Kgs de menos. Día 23 + ¿ aproximadamente. Me he comido al tiburón. Sin rencor. Le pedí perdón mientras mi saliva mezclada con su sangre resbalaba entre las comisuras de mis labios. La he jodido. Joder!, tenía hambre. Hasta las lágrimas que derramo golpean la goma reseca de la báscula asustando a los dígitos que se sobresaltan parpadeando y susurran entre latidos de pila agotada: ¡La has jodido, gordo!
Texto: Ignacio Alvarez Ilzarbe