El hedor que sale del Partido Podrido es asqueroso, y en vez de disminuir, cada mañana nos acompaña con nuevos episodios, aumentando en intensidad. No sé si cabe más sorpresa pero parece que lo que si cabe es más corrupción, y más, y más…
Al caso de Acuamed descubierto la semana pasado (en el que parece que se ha encontrado que el ex ministro Cañete estaba al corriente), se une hoy el de una trama encabezada por el ex presidente del PP valenciano y ex presidente de la diputación de Valencia, el populista Alfonso Rus, un personaje chusco, macarra y populachero. En estos momentos se han detenido a 24 personas, entre ellas varios ex altos cargos en el Ayuntamiento y en la Comunidad Valenciana del Partido Popular.
Se habla de más de mil millones de euros en comisiones que, presuntamente, iban a parar a bolsillos particulares y al Partido Popular de Valencia. Quizá la trama más importante de corrupción descubierta en el País Valenciano, lo que es mucho decir.
El País Valenciano ha sido la Comunidad donde las tramas de corrupción se han extendido por doquier. En las tres provincias, en muchas ciudades, las fechorías, robos y gestión interesada que han perpetrado los populares durante su reinado ha sido escalofriante. Algunos de ellos ya están en la cárcel, como es el caso de Carlos Fabra o de Rafael Blasco, otros –nadie se explica cómo— han sido juzgados y absueltos como Mister Trajes (Camps), o simplemente no han sido imputados --a pesar de estar rodeada de mangantes— como es el caso de la Madamme del Caloret (Barberá).
Múltiples han sido los casos, todos de enjundia, pero éste se lleva la palma en la Comunidad Valenciana. Parece que habrá más sorpresas y más detenidos, y Rita Barberá tiembla. De los detenidos, tres o cuatro eran políticos muy unidos a la exalcaldesa, lo que hace en estos momentos que ese caloret que tanto reclamaba la queme, esperando malas noticias.
Y es que en el PP valenciano no han tenido miramiento ni para robar. No sólo lo han hecho en grandes cantidades, sino que además no han mirado a quién, importándoles un pito la víctima de sus hurtos o de sus malas prácticas. Tres ejemplos claros: 1. El ex consejero Rafael Blasco se quedaba con las asignaciones de las ONG.2. El ex consejero Cotino pretendía comprar voluntades, en el caso del Metro (47 muertos) a los familiares de las víctimas, con puestos de trabajo.3. En el caso Acuamed, se ha hecho negocios con algo tan preciado y escaso como es el agua en el Mediterráneo, algo así como comerciar con cartillas de racionamiento en una posguerra. Ejemplarizante. Todo les da igual. No es sólo insensibilidad, es desvergüenza, impunidad y falta de cualquier escrúpulo.
Son muchas las causas judiciales que están por ponerse en marcha en la Comunidad Valenciana, y muchos los imputados. Sin embargo, poco o nada ha cambiado dentro del PP valenciano. Siguen los mismos perros con distintos collares. Sólo cuando ya no queda ninguna otra salida se obliga a los corruptos a dimitir, mientras tanto siguen campando por sus lares.
Muchas son las preguntas que se pueden hacer al respecto. Muchas las preguntas pertinentes, pero pocas las respuestas que se me ocurren:
- ¿Qué explicación puede tener que al Partido Popular, lleno de tramas corruptas le hayan votado más de siete millones de españoles?
- ¿Cómo se explica que Esquerra Unida del País Valencià, los que denunciaron a Alfonso Rus –el capo de la trama más importante—, no consiguiera ningún diputado y el PP fuera el primer partido en Valencia, en las últimas generales?
- ¿Está enfermo este país?
- ¿Somos masoquistas?
No es fácil de entender que ocurran estas cosas. No es posible pensar que un partido como el PP pueda todavía ser el más votado y que además pretenda formar gobierno, cuando sus antecedentes das asco y vergüenza, además de demostrar sus buenas artes para la corrupción. No, no es posible. Este partido necesita regenerarse, cambiar de arriba abajo, de personas y de actitudes. Porque no es posible que un partido como el PP sin cambios –ahí están los mismos de siempre—, siga pretendiendo gobernar este país. Y luego se extrañan de que otros grupos no quieran ni hablar con ellos.
Hoy más que nunca –sin esperar a mañana que es posible que salga más mierda— Rajoy tiene que irse a su casa y Sánchez ha de formar gobierno con Podemos e IU. Este gobierno es el único que puede hacernos recuperar lo perdido, desde los recortes sociales y económicos hasta la dignidad. Algo imposible e impensable para Rajoy y su PP.
Salud y República