Otra vez a vueltas con las putas

Varias mujeres de la famosa organización feminista ucraniana ‘Femen’ han posado semidesnudas para prevenir la legalización de la prostitución durante la celebración de la Eurocopa de naciones en junio y julio del próximo año. ‘Fucking Euro-2012′, reza la pancarta que portaban las feministas, que se han hecho famosas en todo el mundo por sus acciones en defensa de los derechos de las mujeres, según las agencias locales.

Prohibir en nombre de la libertad empieza a ser el estandarte del progresismo trasnochado, dispuesto ahora a impedir el libre comercio entre un hombre y una mujer. Me parece estupendo que se proteja la libertad, castigando y persiguiendo el proxenetismo; estoy totalmente de acuerdo con impedir la trata de blancas, forzar a nadie, hombre o mujer, al ejercicio de la prostitución y naturalmente, debe castigarse con todo el peso de la ley, otras actividades que suelen florecer alrededor de este mundo, como el tráfico de sustancias estupefacientes. Pero impedir a quien libremente decida alquilar su cuerpo, sin otras connotaciones, que cobre por ello, es una injerencia intolerable en la vida privada del individuo. Decíamos en este mismo espacio hace poco tiempo, que la actividad debería verse regulada por ley, habría que cargar el IVA correspondiente en las facturas y se llevarían a cabo los controles sanitarios exigibles en un trabajo de tal naturaleza. Las feministas rusas no están de acuerdo con que haya prostitutas, pero se manifiestan desnudándose, o sea. Exhibirse es otro modo de comerciar, aunque la pretensión no sea otra que despertar la conciencia del político, para impedir, nuevamente las prohibiciones, en este caso que las putas ejerzan el oficio más viejo del mundo durante la final de cierto campeonato de fútbol. Mientras no existan presiones, mientras el acuerdo libre entre cliente y prostituta (o prostituto) se haga sin injerencias externas, nadie tiene derecho a impedirlo. Por mucho que se manifiesten las feministas o que Gallardón persiga a los usuarios. El oficio más viejo del mundo no se va a terminar por el ruido de unos pocos. Además, algunas profesionales tienen un solo cliente, pero quiero recordar que eso tiene otro nombre, del que no nos vamos a acordar ahora.