Los medios de comunicación españoles se están haciendo eco de una nueva propuesta orientada a bajar aún más los salarios en España en esta ocasión planteada por el Banco de Bilbao Vizcaya en un informe reciente (Hacia un mercado de trabajo más eficiente y equitativo). Como siempre, la justificación que se da a una propuesta encaminada a aumentar el beneficio de las grandes empresas es que así se creará más empleo (ahora dicen que una disminución salarial del 7% aumentará el empleo en un 10%). Sin embargo, hay bastantes evidencia empíricas que muestran que no se va a crear más empleo bajando salarios sino que lo que ocurrirá será justamente lo contrario.
Hace un par de años publiqué un artículo titulado Las mentiras de siempre del FMI en el que criticaba una propuesta semejante de este organismo (el FMI decía que una reducción salarial del 10%, unida a otras medidas de ajuste, tendrían como resultado una subida de cinco puntos en el PIB en cinco años y de 7 en el empleo, además de reducir también el déficit y de producir una caída de precios entre el 4% y el 5% tras dos años).
Reproduzco ahora los argumentos que daba entonces para que se pueda comprobar que lo que ahora propone el BBVA forma parte del mismo rosario de mentiras. Y, a quien no lo haya hecho, recomiendo leer mi artículo de ayer en el que doy más razones empíricas para mostrar que la tesis del FMI y ahora del BBV son falsas: ¿Para qué sirven los sindicatos?
– En España se ha producido ya una caída de los salarios que, según el prestigioso economista francés Jean Paul Fitoussi, “no se ha visto nunca en los tiempos modernos en un país desarrollado” (What Does A Social Europe Look Like Today? ). Por tanto, si fuese verdad lo que dice el FMI, se tendría que estar creando empleo desde hace años.
– Hay evidencias empíricas suficientes para afirmar que en Europa ocurre justo lo contrario de lo que propone el FMI. James Galbraith y Deepshikha Chowdhury, por ejemplo, ha demostrado que de los datos sobre salarios y empleo en Europa entre 1980 y 2005 no se puede deducir que deban disminuir los salarios para que aumente el empleo: cuando han aumentado los salarios ha subido el empleo y cuando se han reducido ha bajado. ( The European Wage Structure, 1980- 2005: How much flexibiliza). El FMI debe saberlo y demostrar qué ha cambiado ahora para que las cosas funcionen al revés de como lo han hecho hasta ahora.
– Otros estudios, como los de Jesus Felipe y Utsav Kuma (Unit Labor Costs in the Eurozone: The Competitiveness Debate Again) han demostrado que si los costes laborales unitarios han subido en los años o países con peores niveles de empleo, que es uno de los principales argumentos que utiliza el FMI para justificar recortes salariales, no es porque hayan subido los salarios sino los precios, como consecuencia del enorme poder del que disponen las grandes empresas y al que nunca le hacen frente. Por tanto, nada asegura que recortando ahora salarios en España vaya a aumentar el crecimiento y el empleo, sino que sería mucho más útil actuar contra esos grupos de poder que hacen que nuestra economía sea menos competitiva.
– También es falso que si bajaran los salarios en España nuestra economía tendría más cuota de mercado internacional y así generaría más crecimiento y empleo. Sylvain Broyer y Costa Brunner (L’évolution récente des parts de marché intra-UE n’a rien à voir avec la compétitivité coûts) demostraron que la evolución de las cuotas de mercado intraeuropeas no tiene nada que ver con los costes de competitividad. Para que las cuotas de mercado de los diferentes países respondieran a sus distintos niveles de costes, esto es, para que se pudiera producir el efecto que se pretende alcanzar con medidas de ajuste salarial tendría que suceder que todos los países de la zona euro (donde van la mayoría de nuestras exportaciones) exportaran los mismos productos, esto es, que fuesen perfectamente sustituibles, que es justo lo contrario de lo que ocurre en Europa en donde la tendencia realmente observada es la de una progresiva especialización.
– Es también una evidencia que las políticas de recortes salarial que se han aplicado en los últimos años de crisis no solo no han creado crecimiento y empleo, corroborando lo anterior, sino que tampoco han reducido el déficit y la deuda, puesto que estos han aumentado. También en este aspecto tendría que demostrar el FMI qué ha cambiado para que a partir de ahora sucediera lo contrario.
– La idea de que para crear empleo lo que hay que hacer es reducir su coste es muy antigua. Es una tesis liberal de principios del siglo XX que la experiencia y la evidencia científica, como acabo de señalar con unos pocos ejemplos, han demostrado que es completamente falsa.
– Por el contrario, sabemos con certeza que es imposible generar actividad y empleo sin que haya demanda efectiva suficiente y es imposible que ésta se dé en el nivel adecuado si lo que se hace es bajar constantemente los salarios.
Por lo tanto, se puede decir con todo rigor y sin miedo a equivocarnos que la propuesta del FMI produciría en España todo lo contrario de lo que afirma que iba a producir. La experiencia de otros muchos países en donde se han aplicado estas medidas de recorte salarial a instancias del FMI y la española de estos últimos años es bien clara y lo corrobora.
– Otro argumento adicional contra las propuestas del FMI a tener en cuenta es que si se afirma que en cinco años aumentará el PIB en cinco puntos y el empleo en siete, se deduce que la productividad debe disminuir en dos en ese mismo periodo (es así porque el incremento de la producción solo puede venir de que haya más empleados produciendo o de que éstos sean más productivos. Por tanto, variación del PIB = variación del empleo + variación de la productividad). Está claro, pues, a qué tipo de economía quiere encaminarnos el FMI con las medidas que propone: proveedores de servicios baratos y de nulo valor añadido. Por eso reclama también que se reduzca el gasto en educación o en I+D+i. Para ser camareros o empleados en casinos o prostíbulos como los que planean ya en Madrid no hace falta formación, ni ciencia ni tecnología propia alguna. Y ni siquiera cabe pensar que vendrían capitales aquí para desarrollar la industria o los servicios de alto valor para aprovechar esos salarios más bajos, porque (si de verdad solo se busca salarios bajos) siempre habrá otros países en donde lo estén más aún.
– Por último, debe saberse que no es ni mucho menos casualidad que el FMI vuelva a proponer estas medidas de recorte salarial sabiéndose a ciencia cierta que llevan a resultados completamente contrarios a la creación de actividad y empleo.
Recortando salarios se beneficia a los grandes grupos empresariales que no dependen de la demanda efectiva española, sino que operan también un otros muchos mercados internacionales. Mientras que con estas medidas se arruinará aún más y sin remedio no solo a los trabajadores sino también a los pequeños y medianos empresarios que viven de esa demanda, es decir, de la masa salarial.
El FMI es consciente de ello y de todo lo que hace. Sus economistas y directivos no pueden estar tan ciegos. Los seleccionan a propósito entre los más inteligentes así que saben perfectamente que ya en otras muchísimas ocasiones se han “equivocado” haciendo estas propuestas, como ellos mismos han tenido que reconocer más tarde. Nadie se puede equivocar tanto a favor siempre de los mismos casualmente.
Por tanto, no se puede aceptar que nos encontremos ante una propuesta accidental o de buena fe. Es una decisión consciente que se sabe que se toma a favor de alguien y a costa del sufrimiento de millones de personas. Debe ser considerada, pues, como lo que es, como una agresión, como un delito premeditado contra un pueblo. Por ello, no solo hay que desobedecer al FMI. Hay que denunciarlo, pedir responsabilidades a sus dirigentes y directivos y exigir que una legislación y tribunales internacionales las investiguen y condenen cuanto antes.