Apuntábamos el otro día la sustancial diferencia entre el Tribunal Constitucional español y su homónimo francés, especialmente en lo que se refiere al tiempo invertido en la deliberación previa a toda sentencia, al margen, claro está, de la independencia que disfruta cada uno de ellos. Ahora, los franceses vuelven a dar ejemplo de lo que nos separa, como ilustra la viñeta de Montoro: No hemos tenido ocasión de ver actores progresistas galos entonando cantos pacifistas en contra de las decisiones gubernamentales, mientras varios militares y un rehén, caían muertos por los fallos cometidos durante una operación de rescate. Murieron diecisiete terroristas islámicos, mientras los soldados hacían su trabajo en el que se dejaron la vida. En Malí se sabe que no sale gratis ni rentable secuestrar a un ciudadano francés, mientras que en Somalia es considerado buen negocio apresar pesqueros españoles. Esto, también es una diferencia.