La inflación esa bestia negra del sistema que parecía
estar olvidada y bajo control vuelve a estar de actualidad. José Luis Sampedro,
un indignado de 90 años, que además de pensador, es economista y escritor
emocionado, revisita, de la mano del catedrático de Economía Aplicada Carlos
Berzosa, un trabajo con el que en 1976 revolucionó el panorama económico
nacional. Entonces, la crisis económica puso la palabra inflación, que se
representaba con dos dígitos, en boca de todos.
Hoy, sin embargo, cuando las cifras apenas
rondan el 2%, parecía un término pasado de moda. Pero la crisis, que no
entiende de tendencias, la ha hecho resucitar con más fuerza que nunca:
es la amenaza fantasma que sirve de excusa para muchas de las restricciones
impuestas por Europa. En este contexto, Sampedro actualiza su libroLa inflación, en versión completa, que pasa ahora a titularseLa inflación (al alcance delos ministros) y que como entonces se dirige al hombre de la
calle, <al que vive de su trabajo>. En esta redición revisada,
analiza por qué ha vuelto y a qué obedece la necesidad de airear la amenaza de
la inflación.
Desempleo
Sin duda, algunos de los que toman las decisiones en
Europa y en España deberían repasar los modelos teóricos que estos dos
economistas nos refrescan y tomar buena nota de
las consecuencias que suponen para
el ciudadano de a pie, el que finalmente pierde el empleo y va al paro. Así, Sampedro interpreta el clásico
modelo teórico de la curva de Philips (a menor inflación mayor desempleo), que
supondría que los gobiernos deben elegir entre paro y baja inflación, o
por el contrario luchar contra el paro a costa de que se incremente la
inflación, que contiene, según el autor, la tesis implícita del ejército
laboral de reserva: un paro elevado doblegará a los obreros y moderará sus
peticiones inflacionarias.
Un plano teórico con consecuencias directas, ya que
aunque algunos analistas consideran que el desempleo que hoy nos asola solo se
puede resolver mediante reformas laborales drásticas: abaratamiento despido,
flexibilidad del mercado laboral y finalización del trabajo estable, el
catedrático Berzosa piensa que estas medidas se encaminan más bien a
incrementar beneficios empresariales a costa de mayores sacrificios de los
trabajadores. Desgraciadamente todo esto suena hoy muy familiar.
Tampoco se ahorran críticas a las políticas de ajuste,
que además de suponer daños irreparables al Estado del bienestar implican una
contradicción evidente a ojos de Berzosa: < si se hacen políticas de ajuste
no se crece y si no se crece no se puede pagar>.
Hombre de pensamiento comprometido e inconformista, heterodoxo en sus planteamientos y manifiestamente en desacuerdo con el pensamiento convencional y con la realidad que le ha tocado vivir, Sampedro vuelve a poner sobre el tapete los orígenes políticos de la actual situación financiera. El futuro Pero, si el sistema no funciona ¿cómo construir el futuro? Berzosa mira con optimismo hacia el desarrollo de los diferentes movimientos sociales que se enfrentan al capitalismo global…>estos movimientos dispares entre sí contradictorios, pueden ser el germen de una sociedad distinta y pueden hacer posible una realidad diferente a la que vivimos>, apunta. Y recoge una aguda reflexión de Sampedro < Pero no es el fin de la historia, sino del sistema. A la torre capitalista no la derriba ningún invasor, ni terremoto ni causa exterior a ella. Su desplome es congénito como el de todo ser vivo en evolución. Así como las células guardan la herencia de sus genes, el capitalismo alberga su ruina en la complejidad de su estructura, que, al resultar inadaptada, habrá de sufrir una transformadora mutación>. Y en esas andamos, transformándonos, porque como dice José Luis Sampedro en el prólogo, <compañeros, se trata de vivir. Sí claro, también nosotros>. Y supongo que nos dedica su sonrisa etrusca. .Publicado en el suplemento de Mercados de La Voz de Galicia.
