Revista América Latina
Comienza la cuenta atrás. En cuatro horas, si todo sale como deseamos, saldrá el primero de los 33 mineros chilenos encerrados desde el cinco de agosto. El mundo permanece atento a Copiapó, desierto de Atacama, al norte del lindo país andino., que vuelve a ofrecer un ejemplo de fortaleza, superación y buen trabajo, en una operación insólita de rescate. En la frontera del show mediático, la dignidad. Parece que el Gobierno chileno no permitirá el desmadre informativo, ya nos conocemos todos. Los chilenos hablan bajito, son discretos y educados, pero no tontos, así que no se van a dejar engatusar por la manada de buitres de las empresas de comunicación del planeta, no digo periodistas, los periodistas no participan en estos tejemanejes, si acaso se dejan manejar por un puñado de euros o hacen el canelo como la piba de CNN Pluf de España, que no se entera de nada y parece recién llegada de los 40 Impresentables. La cosita le saldrá barata al grupo Deprisa, claro, en sintonía con el empresariado del sector que, salvo excepciones, dio la batalla de la información por perdida y camina ahora por el filo del dinero puro y duro. ¿Nadie va a llamar a la muchacha pa que deje de comenzar todas sus intervenciones con el latiguillo de 'bueno, pues'? ¿Por qué ha preguntado mil veces si los mineros desean ingresar en el libro de los records si es falso? Vaya pifiazos de la gachí, no escucha los testimonios, habla como un loro, confunde tiempos y espacios, un insulto a la audiencia, sólo le falta decir: "Conectamos con la casa de Belén Esteban", que es lo que mola ahora en la tele, o tirar directamente hacia el Gran Hermano o Gran Minero. En fin, así estamos, las cosas ocurren y las contamos cómo nos da la gana. Por no hablar de la preguntita a una hermana de un minero: "Antes daban a los mineros por muertos, bla, bla, bla". Penoso. O la aparición estelar de un enviado especial indignado porque las autoridades han ocultado la escena central de la operación de rescate con un pedazo de bandera chilena. No, si te parece te vamos a enseñar toda la película. Si no lo hicieron en el 11S, ni por supuesto en el 11M, no querramos ahora que, ante una situación tan delicada, nos muestren cada paso. "Eso es que cortarán la imagen si hay problemas y suben a un minero en estado deplorable", dice el tío miserable. Un poquito de respeto, por favor. Hay que hilar muy fino. La historia se antoja apetecible y de gran interés humano, con numerosas aristas, pero creo que en este caso conviene detenerse en la frontera entre el sensacionalismo y el periodismo de calidad. Imaginemos una movida parecida en España ... no quiero ni pensar en ello ... los políticos lanzándose el tema a la cabeza, la prensa rosa jodiéndolo todo, y la gente roja de vergüenza ajena.Suerte para todos, fuerza Chile !!