En mesas de bordados
candelabros que susurran
a copas vacías,
ausencias lloran
por los años dormidos.
Sillas erguidas silencian
los cánticos del calendario.
Una casa,
una familia,
un recuerdo
de unas navidades,
que se van.
En mesas de bordados
candelabros que susurran
a copas vacías,
ausencias lloran
por los años dormidos.
Sillas erguidas silencian
los cánticos del calendario.
Una casa,
una familia,
un recuerdo
de unas navidades,
que se van.