Revista Cocina

Otro año que se va

Por Dolega @blogdedolega
Otro año que se va

Decía una amiga mía que el año se divide en dos grandes acontecimientos, a saber: Poner el arbolito y ponerte el bikini. Una vez que te quitas el bikini, en cuanto das dos parpadeos estas poniendo el arbolito y en cuanto lo desmontas y guardas los adornos, te queda nada para estar vistiendo esta prenda veraniega. Recuerdo que el día que me lo dijo le comenté que era una exagerada, pero a medida que pasan los años me voy dando cuenta que es la pura realidad.

Así que aquí estamos un año más, con el arbolito puesto el día ocho de Diciembre como manda la tradición y con la sensación de que hace nada estábamos en bañador (que a mí el bikini me desterró de su vida hace décadas).

Dejo aquí constancia escrita por expreso deseo del Niño, que este año la Niña se ha escaqueado de la puesta del árbol y de sacar a Mamá a comer por estar de viaje y ha sido el Niño el que ha soportado estoicamente la colocación, recolocación, vuelta a colocar y enderezamiento en reiteradas ocasiones (con escaso éxito como se puede comprobar en la foto pero no quiero hacer mas sangre...) del adorno navideño que preside mi casa, también conocido como el "puto arbolito de los cojones, que no entiendo porque no dejamos puesto de un año para otro porque esto es un trabajo de los huevos" (escrito queda...)

El año ha tenido sus altibajos sus cosas buenas y malas como todos los anteriores, pero éste que termina, me deja la sensación de seguir en el camino, de ir quemando etapas, pero sobre todo de soltar lastre y poder centrarme en lo importante.

He tenido que descubrir y aceptar nuevas aficiones, me he visto obligada a modificar muchos hábitos en mi vida diaria, vamos lo que viene siendo aplicar a rajatabla eso de que "Si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada" y lo cierto es que no ha estado tan mal. Si le das una oportunidad a las cosas nuevas de enseñarte sus virtudes, puede que te sorprendan en muchos aspectos y te muestren formas diferentes de afrontar la vida.

Ha sido un año de grandes zozobras y grandes alivios así que me siento como cuando te bajas de la montaña rusa; agradecida por estar otra vez con los pies en el suelo y por no montar un show con una vomitona.

Me ha tocado asistir, como a casi todos, a la llegada de personitas maravillosas que harán que mis gestos de ternura y alegría se multipliquen y a la partida de seres queridos a los que echaré de menos siempre y a los que recordaré como me gusta recordar a la gente que quiero, con una amplia sonrisa.

Así que como dijo alguien que no tengo ni idea de quién fue, que este año que termina sea el peor que nos toque vivir.

Ya saben que disfruto mucho de estas fiestas así que quiero desear a todas las personas que andan por esta casa un abrazo fuerte.

A los creyentes desearles una navidad en familia celebrando el espíritu de la fiesta con amor y sencillez.

A los no creyentes, desearles unos días de vacaciones, relax, descanso y de "carga de pilas" para los meses de invierno.

Y a todos, una salida y entrada de año maravillosas, pero sobre todo con ilusión que al final es el sentimiento que mueve las cosas buenas de este mundo.

Lo dicho, amigos. Un abrazo fuerte.

Otro año que se va

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