De nuevo salta a las portadas de los periódicos una noticia relativa a malos tratos en una guardería infantil. No por ser algo relativamente frecuente, estas noticias dejan de tener importancia. Pero si es cierto que cada vez que surge una de estas noticias muchos padres se preguntan qué trato están recibiendo sus hijos y si verdaderamente pueden fiarse de los centros donde los están dejando para que, presuntamente, los cuiden.
En este caso la noticia ha sido en Castellón y parece ser que, como siempre, los padres no hacían mucho caso de los comentarios de sus hijos de entre uno y dos años que ya decían de esta persona que era "mala". Quizá si a estos padres, en un momento de lucidez, se les hubiera ocurrido escuchar a sus hijos, se habría podido destaparse este asunto antes. Sin embargo tuvo que ser una vecina la que a través de un video grabado desde su ventana pusiera en claro que es lo verdaderamente pasaba en este centro
Como siempre, la pregunta que todos los padres que tienen que dejar a diario sus hijos en una guardería o un centro de estas características se hacen es: ¿están verdaderamente seguros mis hijos? Pues la respuesta es : depende. En líneas generales la mayoría de guarderías, jardines infantiles y demás centros educativos destinados a niños de corta edad suelen cumplir con todos los aspectos legales que actualmente se les exige y también suelen tener un trato aceptable para con los niños. Quizá el punto más débil de todos estos centros sea la masificación, o más bien la falta de personal que provoca que una cuidadora tenga que ocuparse de un número excesivo de niños.
Fuera de la normalidad que la mayoría de los centros suelen ofrecer sí es cierto que habrá mejores y peores profesionales, personas más y menos pacientes o más y menos preparadas. No deja de ser cierto también que muchos de estos centros contratan personal que no dispone de toda la titulación que sería necesaria para efectuar este tipo de trabajos, pero que muchas veces éste personal también cubre de sobra esa falta con cariño y buen trato, algo que no da la escuela y de lo que algunos de esos titulados carecen. Sea como fuere el resultado es que la calidad que se supone que debería tener estos cuidados se reduce de forma considerable, ya sea por falta de formación, falta de personal, la baja remuneración de los trabajadores y consiguiente falta de motivación, etc. En estos casos se pueden producir deficiencias en la atención que reciben los niños pero que no llegan a los extremos del maltrato como en la noticia que nos ocupa.
Yendo un paso adelante nos encontramos que dentro de esos centros haya algunos, los menos, que emplean métodos que no son los más adecuados, que presentan deficiencias en aspectos fundamentales como son la higiene, la alimentación o el propio trato que se dispensa a los niños. Lo peor es que esta situación normalmente no suele salir a la luz salvo cuando el caso es excesivamente grave, ya que normalmente los padres tienden a dar por exageradas las declaraciones de los niños respecto del trato que reciben. Y no hablamos de cuestiones sin importancia. Hemos conocido casos en que los menores eran medicados para obligarles a dormir, se les proporcionaba comida en mal estado o simplemente nadie se preocupaba de cambiar un pañal cuando era necesario. Y es curioso que en todos los casos, el primer comentario de los padres sea que nadie sabía lo que estaba pasando o que nadie se podía imaginar que ese tipo de cosas pudieran ocurrir allí. Como vemos la confianza, muchas veces ciega, que muchos padres tienen a los cuidadores de sus hijos, les impide ver la realidad hasta que aparecen pruebas contundentes de los hechos. Es en ese momento en el que los padres comienzan a ser conscientes de la realidad que están viviendo sus hijos. En algunos casos han sido las secuelas y marcas físicas de las agresiones las que han llamado la atención. En otros han sido a través de cámara oculta, fotografías y otro material gráfico que ha puesto en alerta a todas las autoridades. Autoridades que por otra parte, más allá de levantar la liebre cuándo el caso salta a luz no suelen hacer mucho mas, o al menos no se percibe por parte de la sociedad la respuesta contundente que verdaderamente se debe y se les debería dar a estos malos tratos. La noticia salta, la fiscalía investiga y ahí suele quedarse. Si buscamos sentencias, condenas o cierres de centros estos brillan por su ausencia.
Así las cosas, para aquellos que tengáis a vuestros hijos en una guardería o si tenéis que hacerlo en breve por qué no tenéis otro remedio, la única recomendación que os puedo ofrecer es que indaguéis todo lo que podáis en los entresijos de la guardería. Para ello Internet ha supuesto una gran fuente de información, a veces no demasiado correcta, pero que puede servir para conocer cómo funcionan las cosas en el interior del centro. Las opiniones de los padres también pueden resultaros útiles.
Ante la más mínima sospecha de que esté ocurriendo algo indebido no debemos dejarlo pasar como una simple chiquillería sino que debemos de tomarnos todo el interés necesario para averiguar verdaderamente que es lo que ocurre y, llegado el caso, tomar las medidas necesarias. Pensemos que finalmente son los niños quienes van a sufrir las consecuencias de nuestros actos y que sí nos callamos serán ellos los que seguirán sufriendo esos malos tratos y vejaciones.