Boris Johnson es el nuevo primer ministro británico porque así lo han querido los militantes de su partido. Una prueba más de que las bases suelen elegir la opción más radical, más llamativa.
Al otro lado del océano Donald Trump estará contento con este mellizo que le ha salido, juntos desarrollarán su política atlantista y apoyarán la causa israelí.
Ambos caminan por la vida como elefante por cacharrería y eso estaría bien si no rebasasen su ámbito privado, pero resulta que gestionan intereses públicos y sus melonadas afectan a millones de personas. Desprecian a Europa y el inglés va a asestar un serio golpe con la versión más dura del Brexit. La UE se resiente y más lo hará cuando se pierda la viga maestra que es Angela Merkel.
Un gran reto para nuevos líderes.