Hola, amigos. No os lo vais a creer pero llevo desde el sábado por la tarde queriendo entrar en nuestro blog para contaros como me fue el fin de semana de firmas en Herso (Albacete) y en Leolo (Valencia). Cuando nos pasan cosas buenas o agradables necesitamos contarlas a nuestros amigos y a la gente que nos tiene cierto cariño o con la que tenemos algo de confianza. Con mi entorno directo sí he podido compartir y disfrutar una vez más un fin de semana tan especial, aunque también me habría gustado haberlo podido hacer con alguien más de mis conocidos y amigos, cosa que me fue imposible pues no hubo ocasión. Me hubiese gustado, sobre todo, haberlo compartido con vosotros que sé que, muchos, lo estabais esperando. Sé que vivís conmigo estos éxitos y estas experiencias cargadas de ilusiones con la misma pasión con la que lo hago yo. Por mi parte procuro contároslas de manera que podáis vivir, a través de mis letras, lo que yo viví. Sí, fue un fin de semana magnífico.
Bueno, pues sí, estaba lleno de gente y la atmósfera se hizo más íntima cuando seis jóvenes violinistas, dirigidos por su profesor, empezaron a interpretar unos bellísimas obras…noté que, Sax y Volín, se removían entre las páginas de “La nota que faltaba”. Yo miraba a la gente, miraba sus miradas, prestaba atención a su quietud de momia, no perdía detalle de todo lo que revelase sus sensibilidades en esos momentos, al menos para mí, emocionantes. Creo que por ese momento y por otros que me sucedieron ese viernes, cinco de mayo, ha merecido la pena todo lo pasado con mi primer trabajo.
Después vino el cuenta cuento, con una puesta en escena magnífica (gracias Ángela).
Una vez se terminó repartimos unas láminas, basadas en las ilustraciones del álbum ilustrado, a los niños asistentes para que pudiesen iluminarlas mientras yo aprovechaba la oportunidad de poder dirigirme a todos los padres, tíos, abuelos, etc. y hablarles de los beneficios que ofrece “La nota…” a pequeños y mayores.
Este fue otro gran momento que lo he vivido en otras dos ocasiones (en la Feria de Madrid y en la de Valencia), pero no con la intensidad y amplitud como la viví el viernes en Herso: me vi frente un grupo de personas que estaban allí para oír sobre mi álbum. Fue una sensación maravillosa pues no había prisa por parte de nadie: ni por su parte ni, por supuesto, por la mía. Ese momento (ahora le llaman “momentazo”…pero me resisto a utilizar palabras de moda…) fue extraordinario porque cuando estás concibiendo una historia, en la soledad de tu escritorio, con tu lámpara amable y tu música que te transporta a tus mundos de ilusiones, piensas en cuando esté al alcance de tu público (nunca estás seguro de si lo podrás llegar a tener) y puedas hablarles de él, de cómo se te ocurrió, de por qué lo hiciste así y de por qué lo escribiste de esa manera y no de otra; de qué querías conseguir y qué conseguiste…Eso lo pude hacer frente al público entusiasta que el viernes se reunió en Herso y que, a la mínima, brindaban sus aplausos.
Después vino la oportunidad, siempre agradable, de las dedicatorias de mi trabajo a aquellos que decidieron que “La nota que faltaba” era un buen regalo o que se trataba de algo importante que podría contribuir a la formación de sus pequeños (una gozada el rato que pasé con Santiago, que será un gran pianista, seguro, y con Ricardo);
Dicho esto que os quería contar, y siguiendo con el relato de lo que supuso ese día para mí, os diré que lo mejor de aquella noche maravillosa fue cuando se me acercó un hombre que quería que le dedicase un libro a Mateo (espero no equivocarme de nombre). Mateo…había llegado a este mundo hacía dos días…Todavía, al recordarlo, me estremezco y me emociono. Aquel hombre, sin saberlo, aunque se lo dije después y así lo reflejé en la dedicatoria, me hizo un grandísimo honor. Mi libro iba a ser el primer libro de la vida de ese chaval. Posiblemente “La nota…” representará algo importante en su vida y le acompañará toda entera. Quizá, yo sea el causante de que llegue a ser un gran músico…la pena es que yo no llegue a verlo. Todavía me emociono por la gran responsabilidad que cayó esa tarde sobre mí. Pienso ahora, por ello, que ha merecido la pena todo el sacrificio y esfuerzo que he tenido que hacer para llegar a ver publicado mi querido primer álbum de valores y de música. Me encantará llegar a saber de Mateo cuando lo haya leído…
El día 6, por la mañana,
Después, mientras pintaban las láminas, como hicimos en Herso, tuvimos la charla, con los mayores que asistieron, más enriquecedora de todas las que he tenido en ninguno de los eventos anteriores. Esto último es con lo que me quedo de valor de ese día. Fue una inolvidable experiencia que unida a la del día anterior, en Albacete, hizo que pueda decir que este fin de semana pasado lo ha sido para recordar siempre.Pues esto es todo lo que os quería contar de este nuevo set de actividades para dar a conocer “La nota que faltaba”. Espero que de la forma que os lo he contado lo hayáis vivido con la intensidad con la que lo hice yo en directo. Ese es mi único motivo de traéroslo esta noche aquí, a nuestro cálido rincón.Buenas noches, amigos. No dejéis de seguir soñando y siendo felices.José Ramón.