OUR VINES HAVE TENDER GRAPES (EL SOL SALE MAÑANA) (USA, 1945) Vida Normal, Costumbrista

Director: ROY ROWLAND
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Intérpretes Principales: Edward G. Robinson, Margaret O'Brien, James Craig, Agnes Moorehead, Jackie 'Butch' Jenkins, Frances Gifford, Morris Carnovsky, Sara Haden, Greta Granstedt, Dorothy Morris, Arthur Spacek Elizabeth Russell, Luis Jean Heydt, Charles Middleton
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Argumento: En un modesto pueblo, llamado Fuller Junction, viven los inmigrantes noruegos Martinius y Bruna Jacobson, junto a su hija Selma, una pequeña de siete años que, con su primo Arnold, nos hará pasar por emotivas (y a veces muy divertidas) aventuras.
Cuando se entera de que su padre anhela tener un establo como el que acaba de montar uno de sus vecinos... la niña guardará la esperanza de que, un día, su entrañable padre va a tener uno como ése.
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Mi comentario: Estimable cinta de corte costumbrista, guionizada nada menos que por el gran Dalton Trumbo, adaptando de forma algo desigual la novela de Víctor Martin "Para que nuestras vidas tengan uvas internas".
Es algo irregular por cuanto, sobre todo en su primer tercio, algunos hechos se tornan algo deslavazados, con algún personaje que desaparece de pronto, diciendo alguien "que ha muerto", sin más explicaciones, aunque con importancia en el devenir de los acontecimientos.

 
Pero el film va ganando enteros a medida que pasan los minutos, arrobando el corazón del espectador por los buenos y grandes sentimientos humanos que acontecen, sobre todo en su parte final, con la escena de la Iglesia, de gran hondura dramática, que en verdad pone los pelos de punta al abogar por la solidaridad humana.
Una cinta que habla del crecimiento personal, de la lucha diaria por vivir una vida digna y honesta.
Buenas interpretaciones, excelente fotografía en blanco y negro a cargo del gran Robert Surtees y sencilla puesta en escena.
 
Es cierto que esta obra habría requerido alguien tras las cámaras más hábil que el simpático Roy Rowland (¡qué filme habría hecho John Ford con este material!), pero tal y como está se saborea como el pequeño manjar que es.