Revista Cultura y Ocio

Outeiro - Ollos de Marzal (1980)

Publicado el 24 agosto 2021 por Moebius
Outeiro - Ollos de Marzal (1980)#Músicaparaelencierro. El único trabajo de Outeiro, altamente recomendable y pionero dentro de la música gallega al fusionar jazz, música autóctona (folk gallego) y rock progresivo, y pese a su brevedad, trae continuos cambios de ritmo y una guitarra española brillante. Se trata de un disco de rock progresivo - fusión, en la línea de bandas como Iceberg, Pegasus, Borne, los Return to Forever de Chick Corea, Camel, Cai o Colosseum II de Gary Moore. Y como en el blog cabezón no nos gustan que se pierdan estas joyitas, comenzamos el día con todo gracias a la fabulosa música de Outeiro.

Artista: Outeiro Álbum: Ollos de Marzal
Año: 1980
Género: Jazz rock gallegoReferencia: Discogs
Nacionalidad: España
Esta formación fue efímera porque, después del lanzamiento de su primer single y álbum, realizaron algunos conciertos pero el grupo se disolvió en 1980, y hoy en día este disco es prácticamente imposible de conseguir en cualquier parte del planeta.
Outeiro fue un grupo procedente de Vigo que se formó en el 79 y que lamentablemente tuvo un corto recorrido (1.980).
En un principio la banda estaba formada por Fernando Llorca (batería, percusiones y trompeta), Pepe Bordallo (bajo, guitarra acústica y coros) y Rubén Pérez (guitarra eléctrica y acústica). La discográfica gallega Ruada se fija en ellos y los ficha para grabar su primer y único disco. Se trasladan a Madrid e incorporan a Lorenzo Cuasante (teclados y coros). La grabación se realizó en los estudios Audiofilm (Madrid) con Luis F. Soria como técnico. Lamentablemente su música no encontró hueco en los albores de los 80 y en una compañia fundamentalmente dedicada al folk.
El disco cuenta con ocho temas de corte instrumental muy en la onda de lo que hacían Iceberg o posteriormente Pegasus, un jazz rock con algunos tintes de música autóctona. La vena gallega la podemos encontrar en "Sol de inverno", el resto de los temas en la onda citada.

Rockliquias

Abre "Armónicos do vello estanque", un largo tema que alcanza casi los ocho minutos protagonizado por ritmos progresivos que recuerdan por momentos a bandas como Camel, Cai o Return to Forever.
El corte más cercano al folk gallego es "Sol de inverno" con brillantes arreglos de cuerda y coros redentores. "Muiños" trae ritmos intensos que alternan jazz y rock progresivo. La homónima, "Ollos de marzal" trae continuos cambios de ritmo y una guitarra española brillante. El tema más largo es "Danzando na mar", casi diez minutos jazzeros, con la trompeta y el piano creando una atmósfera envolvente y vibrante. Cierra "A última hora" con aires sinfónicos armados con sintetizadores.

Outeiro - Ollos de Marzal (1980)
A continuación, la historia del grupo contada por su tecladista, en un muy jugoso comentario...

La corta vida de este grupo fue realmente tan apasionante como breve. Originalmente el grupo era un trío: guitarra, bajo y batería. Pepe Bordallo, el bajista, con quien yo había trabajado en otros grupos en los 60 y 70 me invitó a colaborar en diciembre del 79, tres meses antes de comenzar las grabaciones en Madrid con el sello Ruada de sede en La Coruña. Unos días después me pasó una cinta que ellos habían grabado como trío con varios temas. Sonaban como un grupo de rock duro pero aquellas grabaciones tenían un toque muy original y exótico (incluso demasiado romántico) como para ponerle etiquetas. A cambio faltaba armonía y la métrica por la que se regían era bastante arbitraria (imagina un compás 3/4 seguido de un 4/4 y después un 3/8!) endiabladamente complicada y enredosa para la cuadratura de cualquier músico de rock.
Accediendo a adaptar mis teclados en lo que se escuchaba en aquella cinta pensé que sería mejor cuadrar aquellos desajustes, pero por escuchar repetidamente los temas entendí que aquello era precisamente parte de su originalidad y sentí que merecían ser respetados puesto que lo que podía parecer un fallo a todas luces, ellos lo repetían siempre con exactitud de ese modo y con toda su intención. Así pues, yo tuve que hacer los arreglos previos de asimilación antes de poder incorporarme en los ensayos. Semejante cúmulo de particularidades en cada tema me hizo tener que recurrir a escribir uno por uno los temas para saber dónde estaba en cada momento. Todavía hoy, por esa grabación que me dieron, se puede adivinar que ellos se "movían" intuitivamente y en base a patrones enlazados que memorizaban. Yo tenía poco tiempo para entrar en conjunción con el grupo. Muchos párrafos de su música eran melodías sin armonizar y cuando había armonías de guitarra faltaba el fraseo de una melodía. Así pues, tuve que ir "añadiendo" lo que faltaba, a la vez que armonizaba o apoyaba las frases de la guitarra. A veces no había sitio para mí, a veces hacía falta algo que nadie sabíamos que podía ser.
Los dos meses de ensayo en una pequeña habitación de no más de 3x3 fueron, además de "ensordecedores", unas audiciones de inspiración, readaptación e intercambio de posiciones e ideas muy enriquecedor para el grupo. Yo estaba haciendo el papel de músico de sesión, porque entonces no pertenecía "oficialmente" al grupo, pero la emocionante aventura en la que estaba sumergido hacía sugestivo colaborar en aquel proyecto donde "todo parecía posible".
Hay que destacar que en aquella época, grupos como aquel no contaban con el apoyo de nadie, en un lugar como Vigo donde no había lo que se llamaba entonces "movida" suficiente para que alguien se interesase en promovernos. El sello discográfico Ruada pensó que lo nuestro era una especie de música celta moderna. Y no era falsa su apreciación puesto que entre nosotros existía también esa tendencia, como muchas otras (por ejemplo la música brasileña). En su intento de abrir puertas a las raices de expresión del sentir gallego, el sello Ruada quiso contar con alguna manifestación progresiva de su música. Pero ya metidos en el estudio de grabación, muy pronto pudieron entender que el proyecto de nuestro disco no era nada parecido a un grupo de gaitas con un pandero. Solicitamos guitarras, teclados, instrumentos de percusión alquilados para enriquecer nuestra expresión... y pasaron días elaborando tema por tema. La factura... evidentemente, se disparó. No obstante Ruada cumplió su compromiso pagando incluso a sus músicos. Cuando el disco apareció en el mercado unos meses después, las críticas fueron mucho mejores que las ventas. Ese verano del 80 actuamos en algunas de las ciudades más importantes de Galicia en conciertos abiertos para jóvenes, pero sin la debida promoción ni apoyo el grupo tuvo que desaparecer devorado por las necesidades económicas en ese mismo invierno.
Esta es, a grandes rasgos, la presentación de un grupo que hoy podría perfectamente haber seguido sorprendiéndonos con quién sabe qué fantásticas aventuras musicales... pero, como ya profetizó aquel artículo de El País sobre Outeiro: "¿Está el panorama musical español para aventuras musicales?". Era el año 80, y era aquella España. ¿Maldita situación? Hoy se ve todo de otra manera. Sobre todo con 22 años más a nuestra espalda y sobre la sociedad entera. Aquella historia quedó escrita en las nubes del pasado. Todavía hoy hay mucho que se puede hacer y decir cuando hay más medios musicales que nunca. (Lorenzo González)
Fue en 1980 cuando asistí a uno de sus conciertos que el menciona, concretamente el celebrado en el campo de fútbol de Ourense. Un concierto que se prolongó bastante tiempo ante el entusiasmo mostrado por el público allí reunido. Rubén Pez estuvo genial con su guitarra, mostrando un dominio muy notable. Moviéndose comodamente en los sonidos del jazz-rock, por aquel entonces se podía decir que Outeiro eran los equivalentes gallegos de los catalanes Iceberg o Pegasus. Todo aquello hacía presagiar grandes cosas en el futuro y por circunstacias no pasó de un Lp. Toda una lástima. Con posterioridad al concierto adquirí ese vinilo Ollos de Marzal el cual sonaba entre Romatic Warrior de Return To Forever o Arc en Ciel de Iceberg. Por desgracia no tengo ese vinilo ya, pero para los aficcionados a esos sonidos de fusión recomendaría tratar de encontralo en alguna tienda para coleccionistas pues sin duda es una joya a tener en cuenta. Sería una buena noticia poder verlo de nuevo en cd pero si ya las ventas no fueron muy buenas en su momento quizá a nadie se le ocurra la reedición. Insisto en que no se deje pasar por alto esta magnífica aportación a nuestro jazz-rock.
Javier Ourense


El único trabajo de Outeiro es este LP editado por Ruada. El sello folk gallego nacía en aquellos años con la pretensión de normalizar la edición discográfica en Galicia, y también, convertirse en el sello encargado de difundir la cultura y la música gallega de raíces. Es importante dejar claro que Ruada se fija en Outeiro porque piensan que se trata de una banda de música celta cercana al folk. Ruada venía de editar “O Son da Estrela Escura” (Ruada, 1979) de DOA. En Outeiro encontramos en ciertos momentos en esa cadencia celta, pero también ritmos progresivos, rock intenso, ritmos exóticos, jazz, sintetizadores… El caso es que a Ruada le interesaba tener en su catálogo una banda que se acercase también al rock progresivo y la banda se va a Madrid a grabar el que sería su primer y único disco.
El disco se graba en los estudios Audiofilm (Madrid) con Luis F. Soria como técnico. Se trata de un disco de rock progresivo – fusión, en la línea de bandas como Iceberg, Pegasus, Borne, los Return to Forever de Chick Corea o Colosseum II de Gary Moore.
Abre “Armónicos do vello estanque”, un largo tema que alcanza casi los ocho minutos protagonizado por ritmos progresivos que recuerdan por momentos a bandas como Camel, Cai o los mencionados anteriormente Return to Forever.
El corte más cercano al folk gallego es “Sol de inverno” con brillantes arreglos de cuerda y coros redentores. “Muiños” trae ritmos intensos que alternan jazz y rock progresivo.
La homónima, “Ollos de marzal”, pese a su brevedad, trae continuos cambios de ritmo y una guitarra española brillante. El corte más largo es “Danzando na mar”, casi diez minutos de lounge jazz, con la trompeta de Fernando Llorca y el piano de Lorenzo Cuasante creando una atmósfera envolvente. Cierra “A última hora” con aires sinfónicos armados con sintetizadores.
Un gran disco, altamente recomendable y pionero dentro de la música gallega al fusionar jazz y rock progresivo.
Fernando Fernández Rego
Outeiro - Ollos de Marzal (1980)
A continuación les dejo el video del álbum completo para que se deleiten. 

Lista de Temas:
1. Armónicos do vello estanque
2. Fronte Do Cristal
3. O xaruto violeiro
4. Sol de inverno
5. Muiños
6. Ollos de marzal
7. Danzando no mar
8. A última hora

Alineación:
- Pepe Bordallo / bajo, guitarra acústica y coros
- Lorenzo Cuasante / teclados y coros
- Fernando Llorca / batería, percusiones y trompeta
- Rubén Péz / guitarra eléctrica y acústica
- Alfonso Correia / percusión y flauta dulce


Outeiro - Ollos de Marzal (1980)

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