Pues yo pasaba por aquí y he pensado, “Ya que estoy, vamos a escribir algo”. Si es que la inspiración viene a temporadas y he tenido una muy llena de acontecimientos 1.0. No es que no haya encontrado situaciones en que decir lo de “De donde no hay no se puede sacar”, pero digamos que me las he guardado para mí misma, aunque llega un momento que ya no caben dentro y hay que sacarlas.
Pues precisamente hace unos días comentaba con mi amigo Jose, que me estaba planteando escribir un libro al estilo Sexo en Nueva York, para ser un poco originales y puesto que ya he copiado la idea, podríamos ponerle: “Fotre un clau a Barcelona”. La verdad que en catalán queda más fino, pero la traducción vendría a ser “Echar un casquete en Barcelona”. Ahora que ya nos ha quedado claro a todos el tema del título, veamos que podríamos sacar del temario.
Jose me comentaba que si me ponía con ello, él se encargaba del prólogo. La verdad que como mínimo me hace sentir más tranquila que no sea la única soltera que tiene pánico de lo que va encontrando por el camino, sin desmerecer a nadie. También es cierto que cada vez somos más exigentes y no como nuestros padres, que no tenían más remedio que quedarse con alguno del pueblo. Hoy en día tenemos mil vías para encontrar esa pareja ideal que todo el mundo ansía encontrar una vez en la vida, bueno, algunos incluso dos, tres, etc. Pero ni con esas nos conformamos con lo que encontramos.
Ahora vamos a ser sinceros, como siempre comentamos con mis amigas (esto que quede entre nosotros) hoy en día todo lo que hay en el mercado de ocasión de la pareja perfecta está tarado. Me incluyo a mí misma, que para nada soy perfecta. Así que partiendo de esa base, esto es como ir a comprar al Outlet, se trata de encontrar la prenda que tenga la tara menos evidente. Lo que suele pasar cuando das con ella, es que intentas esconder la tara lo máximo posible, solo les cuentas el secreto a tus amistades más cercanas y siempre te encuentras a alguien que te dice, “Hostia, que prenda más chula” y tú con la boca pequeña les dices que te la has comprado en la mejor boutique de la Diagonal, cuando lo has sacado de un tenderete del mercadillo de las Casas Baratas. Además de todo esto, llega un momento que lo que era un agujerito prácticamente imposible de localizar, se acaba convirtiendo en un siete en toda regla. Lo que acabas haciendo es tirar la prenda que con tanta ilusión habías encontrado y te vas de nuevo a buscar otra, que sobre gustos, colores, sin pararte a pensar que quizás con un zurcidito te queda como nueva.
Sinceramente, tengo imán para encontrar la prenda menos recomendada, porque encima somos la hostia y no nos gustan los buenos, cuanto más malos mejor, que hay que echarle sal a la vida que la monotonía nos aburre. Pero yo no pierdo la esperanza no, que los que me conozcan más sabrán perfectamente que la paciencia no la pierdo fácilmente, bueno, excepto cuando me doy cuenta que me están tomando el pelo, pero claro, antes tengo que darme cuenta.
En fin, que esto podría servir de reentré después de casi un año de inactividad, así que espero a partir de hoy vuelva la actividad a este blog.
Para los que como yo no perdéis la esperanza: “La verdad está ahí fuera”