Y despido el año con la única serie de esta temporada de Otoño que he llegado a terminar (aunque, para no mentir, al final acabé Subete ga F ni naru, pero el desenlace fue tan terrible que ni me voy a molestar en hacerle una reseña en condiciones). Temporada floja como no recuerdo desde hace mucho tiempo, a ver si la de Invierno viene mejor.
Por cierto, por si queda alguien que no se haya enterado, el manga lo licenció Norma en el pasado Salón del Manga de Barcelona, así que pronto estará disponible para comprarlo ¿Que qué voy a hacer yo? Dejar los tomos en la tienda.
Reseña
Continuación directa de la primera temporada, mejora en algunas cosas pero mantiene los mismos problemas que ya noté entonces y hasta los acentúa.
De bueno, frente a la T1, es que estamos metidos en materia. Ya hemos visto lo que esta historia tiene para ofrecer y sabemos lo que podemos esperar. Además, no tiene un arco absurdo en un instituto, como en su primera parte, que tan poco tenía que ver y que tanto sobraba. Otro punto fuerte sería que las líneas entre buenos y malos se difuminan un poco. Hay humanos que no parecen ser precisamente del bando al que animar y vampiros que podrían estar intentando salvar realmente el mundo. Siguen siendo enfoques que ya hemos visto mil veces mejor explotados pero, para lo que ofrecía la serie, algo mejora.
Pero diría que ahí acaba lo bueno. La serie vuelve a pecar de lo mismo: falta tremenda de explicaciones, un mundo postapocalíptico que cada vez que avanza una teoría, más interrogantes y más cosas cogidas con pinzas salen a la luz. Esto no sería del todo malo si no fuese porque da la sensación de historia que quiere abarcar demasiado sin pensar que le falta base para mantenerse.
Al final, la serie se sustenta en personajes con cierto carisma, como Guren o Shinoa, unos pocos momentos intensos, algunas peleas bien llevadas, muertes de secundarios para dar "seriedad" (que lo consigan es otra cosa) y multi-shippeo. La razón de ser de esta serie es crear parejas ficticias por todas partes. Carne de doujin puro y duro, sin más.
Es incríble cómo desperdicia el potencial que tenía su premisa: humanidad casi exterminada, lucha de vampiros y humanos, demonios que apoyan a los humanos a través de armas y que están esperando la mínima ocasión de apoderarse de sus cuerpos, mensajes de compañerismo y familia y, para rematar, esta última temporada introduce la aparición de ángeles. En serio, es una especie de cóctel de Supernatural con X de CLAMP y unas gotas de Ataque a los Titanes. Agitar y servir. Podría haber sido muy grande, pero es un despropósito que no hay por donde cogerlo. Cuanto más se para uno a pensar, más agujeros le salen a un guión que acaba pareciendo un colador.
En cuanto a animación y música coincido con mi opinión de la primera temporada, salvo en la parte de OP y ED, mucho más flojos que los anteriores, la verdad.
Como conclusión puedo decir que es una serie para adolescentes que no lleven mucho tiempo viendo anime. Yo ya estoy vieja para tantos clichés, tanta falta de sentido y tantos personajes esterotipados (incluso los pocos que merecen la pena). En su huída hacia adelante, la base más o menos sólida que tenía se va erosionando sin nada que la refuerce, sólo añadiendo más y más preguntas sin respuestas. No es una serie horrible, simplemente es mediocre.