Oxitocina: la hormona del amor y de la confianza

Por David Salinas @psicopositivo
La oxitocina se conoce como la hormona del amor, porque es una sustancia que segregamos en grandes cantidades cuando nos sentimos enamorados o estrechamente vinculados, en cuanto a lo sentimental, con otras personas (además de en otras circunstancias).

Pero, resulta que también se conoce como la hormona de la confianza, porque cuando liberamos esta hormona sentimos calma, seguridad y una sensación optimista de que las cosas van a ir bien. 

Tiene sentido, ¿verdad? Cuando estamos enamorados, y es correspondido, nos sentimos como en una nube, tenemos la sensación de que todo fluye a nuestro favor y que las cosas son mucho más fáciles. ¡Ella me quiere, qué malo puede pasar, soy el rey del mundo!

Hoy sabemos, gracias a estudios de neuroimagen, que las partes del cerebro que se activan cuando sentimos confianza son las mismas que cuando sentimos miedo. Es decir, miedo y confianza son dos caras de la misma moneda: si sentimos miedo, no sentimos confianza, pero si sentimos confianza, no sentiremos miedo (o al menos no mucho, no será incapacitante).

Por tanto, si quieres dejar de tener miedo y evitar aquello que temes, lo único que tienes que hacer es tener más confianza en ti mismo, y quizá las cosas se te hagan un poquito más fáciles.

Qué fácil, ¿verdad?... ¡Ni de coña!

Pero, vamos por el buen camino. Sí, efectivamente, si quieres dejar de sentir tanto miedo necesitas confiar más, liberar más oxitocina. Pero, ¿eso cómo se consigue?

En primer lugar, hablemos un poco de la confianza. Confiar no es tener una seguridad absoluta, sino más bien todo lo contrario: como no tengo una seguridad absoluta, no me queda más remedio que confiar. Pero cuando se den ciertas condiciones para ello. Es decir, confiar no es tener seguridad absoluta pero tampoco fe ciega. Necesito algo en lo que confiar, en lo que agarrarme, o algo que me dé pie a confiar. No necesito evidencias, pero sí pruebas. 

Teniendo en cuenta eso y que hay tres tipos de confianza, te voy a dar unos tips que te ayuden a segregar más oxitocina y confiar más:

- Confianza en los demás. Nos sentimos con confianza cuando nuestro entorno no es hostil, cuando nos ofrece apoyo, protección, empatía. Si eres de los que te cuesta confiar en los demás, analiza el por qué. Quizá estás generalizando o anticipando. Por supuesto que no podemos confiar en todo el mundo, pero más nocivo es ir desconfiando de la gente como mecanismo de defensa. Unas preguntas que te puedes hacer para ayudarte a confiar más son: ¿todo el mundo es malo?, ¿siempre te han decepcionado o traicionado?, ¿no se han portado bien contigo en ocasiones?

- Confianza en la vida. Que es lo mismo que decir en el futuro. A veces, la vida se porta mal con nosotros (en realidad esta es una frase hecha, la vida no se porta de ninguna manera con nosotros, simplemente nos pasan cosas, y estas a veces las valoramos como mejores o como peores), y concluimos que lo seguirá haciendo así siempre. Un poco pesimista, ¿no? Pregúntate: ¿siempre me han pasado cosas malas?, ¿acaso no pueden pasarme cosas buenas?, ¿no me lo merezco?

- Confianza en uno mismo. A ver, si la oxitocina es la hormona del amor y de la confianza, ¡enamórate de ti! Conócete a ti mismo, descubre (o redescubre) tus fortalezas y habilidades, date cuenta de lo que vales. A esas pruebas te puedes agarrar para confiar más en ti mismo: ¿soy un inútil al que le sale todo mal?, ¿acaso no tengo virtudes que me pueden ayudar a lograr mis objetivos o a superar dificultades?, ¿no he logrado cosas en el pasado? 

Confía, cuando puedas, y cuando debas, que es verdad que no siempre se puede
ni se debe, pero al aumentar tu nivel de confianza general, estarás abriendo tu corazón a lo que tenga que pasar. Cuando sea bueno, disfruta, cuando sea malo, aprende, si es que se puede sacar algún aprendizaje, y si no... ¡confía en que lo superarás!

Cuestiona todo lo que digo, la duda nos acerca más a la verdad.

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Si te gusté yo, hago terapia psicológica en consulta en Málaga y online para el resto del mundo. También tengo un par de libracos muy buenos.

Y, con amor, y con confianza en que lo recibirás, ¡ten este abrazo!