Hoy vengo con toda la felicidad del mundo a contarles mi experiencia viendo la puesta en escena mexicana del musical de Los Miserables (el montaje del 25° aniversario), producida por Ocesa y estrenada el pasado mes de Marzo en el Teatro Telcel de la Ciudad de México (recinto donde anteriormente se ha podido disfrutar de Wicked y El Rey León).
Pero antes, un poco de historia sobre mi relación con la obra de Victor Hugo:
Empecé a leer la novela por allá del 2013 (breve pausa para añadir un dato random pero importante: en ese entonces llegó una gata a mi hogar y la nombré Fantina porque así estaba traducido el nombre de Fantine en la edición que estaba leyendo... eso es todo, continuamos) y luego la dejé de lado. Ni hablar, la estaba disfrutando pero llegué a un punto en el que me abrumé y le di prioridad a otros libros... y en fin, la vida. Sabía que la retomaría algún día pero ni idea de cuándo.
Y entonces, oh sorpresa, ese cuándo llegó este mes. Después de saber que tendría la oportunidad de ir a ver esta producción me animé a continuarle. Milagrosamente recordaba bastante bien la historia hasta donde me había quedado (así de buena y memorable es), por lo que no me fue difícil volverle a agarrar el hilo. Actualmente voy por la mitad y todo va perfecto, espero esta vez llegar al final sin más interrupciones.
Ahora bien, en cuanto al musical, todos estos años lo estuve evitando al igual que cualquier otra adaptación porque según yo primero quería terminar el libro. Sólo conocía I dreamed a dream gracias a Glee
Así fue como llegué al teatro: habiendo leído la mitad de la novela, enamorada de la música y con altas expectativas.
Ahora sí, hablemos de Los Miserables Mx.
Escenografía (!!!), vestuario, movimiento, orquesta, voces, iluminación, proyecciones (de los diseños originales de Víctor Hugo)... todo espectacular y majestuoso de principio a fin. En serio, la calidad es impresionante, dije que mis expectativas eran altas y de inmediato fueron superadas, no estaba preparada para toda la perfección que mis ojos y oídos captaron. So. Friggin'. Beautiful. Mi más grande admiración a todas y cada una de las personas al frente y detrás por conseguir que la magia se haga presente función tras función. Bravo, bravo y bravo, me hicieron sentir de todo.
Del elenco me tocó ver a Leo Wagner (alternante del español Daniel Diges) como Jean Valjean (increíble), Nando Pradho como Javert (¡la voz de este señor!, talentazo brasileño), Morena Valdés como Fantine (lloré mucho con su interpretación de "El sueño que soñé"), Clara Verdier como Cosette y Agustín Argüello como Marius (ambos me parecieron ideales en sus papeles); Daiana Liparoti como Éponine (la adoré, de mis personajes favoritos además), Andrés Elvira como Enjolras (la pasión que transmite enamora, wow), Carlos Pérez Banega como Thénardier (es cover de Sergio Carranza y lo hace muuuy bien) y Michelle Rodríguez como Madame Thénardier (fantástica la mujer). Por el lado infantil, nunca llegará el día en que deje de sorprenderme el talento de los niños que forman parte de este mundo del teatro musical; en este caso Alexandre Desvergnes como Gravoche fue lo más bonito de la vida al igual que Fátima Colín de la Barreda y Valentina Maldonado como las pequeñas Cosette y Éponine, respectivamente. El ensemble fenomenal. (Y ahora a sufrir porque aún no hay cast recording y me urge tenerlo en bucle).
Sobre la adaptación al español, me suele pasar que siento que al hacer el cambio de un idioma a otro las letras no fluyen, provocando que suenen medio forzadas y superficiales. Pues me alegra decir que este no fue el caso: me encantó, me parece que en su mayoría se siguió la versión española con unos que otros cambios y en mi opinión suena maravillosamente bien.
Ya mencioné que lloré con "El sueño que soñé" pero en realidad desde el principio estuve con los ojos llorosos porque todo era muy bello, luego ya logré calmarme un poquito para después hacia el final (desde "Sálvalo" / "Bring him home") terminar exactamente así:
Sobra decir que salí fascinada, todo resultó en una experiencia de lo más bonita e inolvidable. Además se trató de mi primer musical así, en un teatro, en vivo y a todo color, desde las producciones locales que cuando estaba en la primaria me llevaron a ver... (porque si uno no vive en el EDOMÉX o la CDMX las opciones son escasas, amigos). Comprenderán lo emocionada que estaba, y más teniendo en cuenta que en los últimos años mi amor por este género ha alcanzado niveles altos altísimos.
En conclusión: si se preguntan si vale o no la pena el boleto o viajar para ir a verla si tienen la oportunidad, SI, SÍ LO VALE, TOTALMENTE, ¡VAYAN! [Aquí tienen una probadita].