¡P´a su madre!

Por: MSC. Reinaldo Castillo Carballo.
Calificando unas evaluaciones escritas de Historia de la Filosofía, encontré en un trabajo de un buen estudiante, una respuesta que me llamó la atención porque un fragmento decía: …“y en el Renacimiento, la teoría Heliocéntrica de Galileo, al sostener que la Tierra y los demás planetas giran alrededor del Sol, refuta a la teoría Geocéntrica de Orinador”…y continuaba una acertada fundamentación.
Intrigado por la palabra Orinador, que evidentemente sustituía el nombre de Ptolomeo, autor de la teoría mencionada, mandé a buscar al estudiante, le mostré su trabajo y le pregunté:
-¿Me puedes explicar qué significa en esta respuesta la palabra Orinador?
El estudiante leyó su respuesta y súbitamente, se dio una palmada en la frente, como quien se percata de que ha cometido una equivocación y evidentemente apenado, me confesó:
-Profe; ¡qué fallo!, se trata de un involuntario error. Le explico; como me resulta tan difícil memorizar los nombres de tantos filósofos y pensadores, al estudiar, utilizo el método de escribir al lado de cada nombre una palabra que, como su equivalente, me permita recordarlos y no confundirlos. Es como mi código. De acuerdo a esa forma de asociación personal a Ptolomeo lo identifico como el Orinador, pero solo como un recurso mental, pero parece que en este caso ¡me traicionó el subconsciente!
Evidentemente, este estudiante, con su peculiar código, estaba tratando de aplicar técnicas de lectura eficiente, algo muy positivo para aprender a estudiar. Considerando que el modelo Pedagógico de la Universalización trata de promover la autonomía del aprendizaje, le dirigí palabras de aliento y estímulo, pero, como me seguía girando en la cabeza la palabra Orinador, impulsado por la curiosidad le pedí:
-¿Puedes mostrarme tu código?
Él se rascó la cabeza indeciso y después de una pausa me dijo:
-Está bien, pero dudo que a usted le parezcan acertadas las palabras que uso.
Tratando de infundirle ánimos lo tranquilicé:
-Los recursos que uses deben ser acertados para ti, tu método, tu código, tu técnica, o como quieras llamarle debe respetarse si te resultan útiles para la autopreparación.
Convencido por estas palabras, fue a su mochila, extrajo una libreta bastante  deteriorada por el uso y entregándomela, dijo:
-Le agradecería que no comentara esto con el grupo para evitar el cuero
-Prometido.
Como ya el estudiante se graduó con altas calificaciones y no está expuesto al cuero, incumplo mi promesa, aunque sin revelar su identidad, solo para que se comprenda porqué  lo traiciono el subconsciente con el nombre Ptolomeo.
En las hojas finales de la estropeada libreta aparecían dos columnas organizadas de la siguiente forma:
Filósofo             Código
Platón……………………………………….Plato grande
Zenón……………………………………….Tetón
Ptolomeo………............................................Orinador
Rosseau………………………..……………Rosado en ruso
Locke……………………………………….El loco
Averroes…………………….………………Ave roedora
Voltaire...........................................................Volveré en italiano
Berkeley……………………….……………Mirar qué ley
Gottfried Wilhelm Leibniz………......………. ¡P´a su madre!