Revista Informática
Huawei es una de las pocas empresas que puede presumir de haberlo logrado. La marca ha registrado varios trimestres de crecimiento sostenido, alcanzando a finales de 2016 el primer lugar en cuanto a cuota de mercado. Lo ha hecho, además, en uno de los mercados con mayor penetración y saturación: España.
Con la presentación del P10 en el Mobile World Congress de Barcelona, Huawei completó varios de los últimos puntos de su lista. Aceleró el timing para equipararse a los grandes del sector europeo, muy importante para atraer las ventas iniciales; atrajo más focos que nunca al presentar su teléfono en la mayor feria de telefonía del mundo; y, gracias al destino, pudo hacerlo en ausencia de Samsung, uno de sus mayores rivales.
El P10 funciona con menos soltura. Se aprecia especialmente en aplicaciones como Google Maps o haciendo scroll en Twitter/Facebook. ¿La razón? Casi con total seguridad, el software. Cuando nos hicieron entrega del P10, una tarjeta advertía del estado pre-release del mismo, algo que se sostiene con las actualizaciones que el teléfono ha recibido durante los últimos días. El almacenamiento, también: 64 GB con opción de aumentar el espacio con una tarjeta microSD de hasta 256 GB. También se ofrece una versión de 128 GB en la variante Plus.
La memoria interna, además, es muy veloz, superando en velocidades de lectura y escritura a varios teléfonos de su misma gama. ¿En qué influye esto? En todo. Cualquier tarea implica, en mayor o menor medida, lectura y/o escritura en la memoria interna. Cuanto más rápida sea, mejor.
El P10 hereda la tecnología SuperCharge del Mate 9, que introduce hasta 22,5 vatios de potencia a través del puerto USB Type-C. Para dar contexto: teléfonos como el Galaxy S7 y el OnePlus 3 admiten 10 y 20 vatios respectivamente.
El sistema SuperCharge, además de reducir los tiempos de carga, es muy inteligente en la gestión de la energía transferida. La transferencia de 22,5 vatios de potencia aumenta el desgaste de la batería y el calor generado. Pero nada de eso ocurre con el sistema SuperCharge: el P10, al igual que el Mate 9, mantiene una temperatura relativamente baja y el desgaste de la batería es menor de lo esperado.
Una vez alcanzado el 100% de carga, los 3.200 mAh del P10 son una maravilla. Iguala en autonomía a teléfonos superiores como el iPhone 7 Plus, y supera a otros como el Galaxy S7 Edge o el iPhone 7. Todo un logro considerando la delgadez de su cuerpo y lo compacto que es el nuevo chasis.
El nuevo cuerpo, además, adopta una estética similar a la del iPhone 7, mezclado con un poco de P9 y OnePlus 3. El resultado es un teléfono muy familiar -por la influencia de estos tres modelos- pero, al mismo tiempo, muy atractivo. También es sorprendentemente cómodo de usar: el balance de pesos, la disposición de elementos, la simetría y el tamaño del teléfono son casi perfectos.
Si el P10 hubiese apostado por marcos más delgados e incluido resistencia a agua (disponible solo en la variante Plus), el P10 sería perfecto. Todo lo demás lo ejecuta a la perfección, incluyendo la atención a pequeños detalles como la firmeza de los botones, la fusión del cristal con el chasis (cristal 2.5D) o el agarre del teléfono. Huawei ha dado por fin con la tecla.
El P10 es una maravilla: atractivo, elegante, delgado, cómodo… La lista de elogios a su diseño es infinita. Huawei por fin ha dado con la tecla.
Y hablando de teclas, Huawei ha cambiado la ubicación del lector de huellas dactilares. Ahora se encuentra bajo la pantalla, como los teléfonos de Samsung y el iPhone de Apple. El funcionamiento del sensor es perfecto: rápido, eficiente y versátil. En su línea.
Huawei sabe que su P10 podría no ser suficiente para hacer frente al Galaxy S8, G6 y el resto de teléfonos de gama alta que llegarán durante los próximos meses. Por ello, la compañía ha apostado por un lanzamiento adelantado y, sobre todo, por un precio muy inferior al de sus rivales: 649 euros.
Con esa etiqueta, el P10 se convierte en un teléfono muy atractivo, especialmente en el canal telco, donde las operadoras lo ofrecerán a precios muy jugosos. Quien busque un teléfono de Huawei capaz de rivalizar con los inminentes Galaxy S8 y G6, tendrá que buscar la versión Plus, con una mejor cámara, más autonomía, resistencia a agua y polvo y una pantalla de resolución 2K. Ese es el verdadero medidor de lo que Huawei es capaz de hacer en la gama alta.
El P10 es simplemente una herramienta de cosechar cuota de mercado e ingresos. Ofrece una degustación de la gama alta de 2017, perfecta para todos aquellos usuarios cuyo bolsillo llora al invertir alrededor de 800 euros en un teléfono de gama alta (como el Galaxy S8 o el iPhone 7 Plus). Y considerando esa posición en el mercado, el P10 es un buen producto.
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