Revista Cultura y Ocio

Pablo Alborán pone en pie a la Cúpula del Milenio

Publicado el 13 abril 2012 por Ruta42 @ruta42

Pablo Alborán pone en pie a la Cúpula del Milenio

Fotografías de Irene Muñoz

Un auténtico éxito. Así podríamos calificar el concierto que dio ayer Pablo Alborán a las nueve de la noche en la Cúpula del Milenio de Valladolid. Desde el primer momento hasta la última canción, el cantante hizo levantarse de sus sillas al entregado público. 

El auditorio lleno, calmado pero expectante. Sale el artista y el público se revoluciona. Comienza el concierto y los espectadores no paran de cantar. Y es que el malagueño, cada vez más entregado, mostraba su sentimiento por las canciones y agradecía el cariño del público. Un público que, entre halagos y pedidas de matrimonio, hizo sacar una sonrisa continua a Alborán. Un público que se fue emocionado y más que satisfecho al poder disfrutar de un verdadero artista.

Pablo Alborán pone en pie a la Cúpula del Milenio

Muchos pueden denominarse artistas, pero no todos lo son. A más de uno le habrá pasado que, ilusionado y tras pagar una cantidad digamos abundante de dinero, llega al concierto y ve que el cantante o grupo que tanto le ha gustado en el disco no se parece nada a lo que tiene enfrente, una voz diferente, que desafina e incluso que, a veces, se esconde tras la música.

Pero de este cantante no podemos decir lo mismo. Pablo Alborán demostró que es un gran artista con una buena voz que sabe potenciar y a la que no añade nada. Lo que hemos escuchado en la radio y en los discos es lo que nos encontramos ayer. Un solista que se atreve con un disco en acústico, que canta acompañado de música, a capella como hizo ayer con la canción “Sobre la arena” de Niña Pastori, e incluso sin micro se arranca con una bulería. Además de interpretar a la perfección canciones de otros artistas como Diana Navarro o Antonio Vega, se lanzó a cantar en francés el tema “la Vie en Rose” de Edith Piaf, muy especial por ser la melodía que cantaba su abuelo a su madre y que su madre luego se la transmitió a él.

Lo más importante es que entusiasmó a todos los presentes, en un recital con una acústica excelente.

Pablo Alborán pone en pie a la Cúpula del Milenio

Un cantante muy sentimental que transmite esos sentimientos al público, que conecta con él, que lo envuelve con su música y que hace caer más de una lágrima de emoción a algunos de sus fans que, en muchos casos, se sienten identificados con las letras de sus canciones. Y todo esto el auditorio se lo supo agradecer poniéndose en pie una vez más al final del concierto para dedicarle un grandísimo y merecido aplauso.

Porque de vez en cuando surge un artista de la nada, se convierte en un éxito en muy poco tiempo y convence, no por sus extravagancias, sino por lo verdaderamente importante, su grandeza y su voz, que es lo único que necesitan los buenos cantantes para que su público se rinda ante ellos.

 


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