El líder de la recién estrenada formación “Podemos” empieza a morir de éxito. Después de defender un tipo de democracia “procedimental” que propugnaba el Sr. Bueno desde una supuesta posición de derechas, ahora elabora una lista cerrada en el seno de su propio partido para liderar el equipo de trabajo que marque las pautas a seguir en las próximas elecciones municipales y generales. Una lista cerrada. Algo no muy diferente al cuaderno azul del Sr. Aznar, con la diferencia de que en este caso, ignoramos hasta el color del boígrafo con el que D. Pablo elaboró “democráticamente” dicha lista. La forma de gobierno asamblearia del Sr. Iglesias, con participación directa del pueblo en las decisiones de las empresas, no es extensiva a la organización política que dirige este sistema, y que se establece directamente por el líder espiritual que nos muestra el camino hacia la luz. D. Pablo Iglesias empieza a dirigir una secta y no un partido político, que en todo caso, es cualquier cosa menos democrático, y cae en los mismos errores y atavismos que el resto de formaciones políticas en el gobierno actual. Más de lo mismo.