Dicen, y seguramente no es toda la verdad, que cuando el arzobispo de Canterbury iba a ir de visita pastoral a Nueva York en 1919, le avisaron de que fuera especialmente cuidadoso con los medios de comunicación. Que allí, a diferencia de Inglaterra, eran especialmente canallas y menos respetuosos con la jerarquía de la iglesia. Sobre todo, le dijeron que tuviera cuidado con las preguntas en donde, respondiera lo que respondiera, regalaban un titular. El Arzobispo les tranquilizó diciendo que tenía sobrada experiencia en los medios y que a él no se la iban a jugar.
Razones tenían los que le advertían. De hecho, hay preguntas que solo buscan precisamente eso: provocar el titular. Respondas lo que respondas, esa respuesta es la que va a ser seleccionada. La gente no va a retener si respondes que si o que no o todo lo contrario, sino, precisamente, la pregunta. Si no estás listo, te la juegan porque esa pregunta, que con una alta probabilidad será seleccionada, cuando los lectores la lean se dirán: el entrevistado le ha dado importancia a este tema.
Hay preguntas que solo buscan precisamente eso: provocar el titular. Respondas lo que respondas, esa respuesta es la que va a ser seleccionada.
Nada más bajar del barco, en el mismo muelle, un periodista preguntó al Arzobispo: ¿qué opina sobre el aumento de burdeles en la zona del puerto? Intentando zafarse del asunto, el Arzobispo contestó: "¡Ah! ¿Hay muchos burdeles en el puerto?". Lejos de escaparse, eltitular estaba servido: "Nada más bajarse del barco, lo primero que pregunta el Arzobispo es por los burdeles del puerto".
No es fácil escuchar a un político en un gobierno de la Unión Europea decir que recibe presiones todos los días, y que el principal instrumento que tienen los poderosos para doblarle el brazo a los representantes legítimos del pueblo son los medios de comunicación.
Ayer, el Vicepresidente Pablo Iglesias hizo una de las más relevantes afirmaciones, que yo recuerde, que se han hecho en la democracia europea: los poderosos, a los que no elige nadie, tienen la capacidad de doblarle el brazo a los Gobiernos y a los Ministros a los que los ciudadanos han elegido para que gobiernen su país.
Es decir, que los intereses de las élites, aunque pierdan las elecciones sus afines, se ven representados en los gobiernos de una democracia europea por encima de los que ganan las elecciones. Que es verdad que hay gente que vota todos los días. Y que la democracia legitima un régimen político que difícilmente puede llamarse democracia. En concreto, de la cuarta economía del euro.
No es fácil escuchar a un político en un gobierno de la Unión Europea decir que recibe presiones todos los días, y que el principal instrumento que tienen los poderosos para doblarle el brazo a los representantes legítimos del pueblo son los medios de comunicación. "¿Qué hace un banco controlando un medio de comunicación?", se preguntó Pablo Iglesias.
Y entonces, los medios de comunicación dicen que lo más relevante de la entrevista a Pablo Iglesias es algo que solo existía en la pregunta del periodista. Una pregunta que, respondiera como respondiera, iba directo a titulares.
Los profesores de universidad tenemos el problema de la abstracción. Y desde la abstracción, trenzamos las relaciones entre cosas que, a simple vista, no se ven. Nos enredamos porque creemos que hemos entendido por dónde va el periodista. Pero para hacer eso necesitamos una hora de clase. La abstracción se lleva mal con la simplicidad.
Los defensores del bipartidismo no soportan que se diga que en España hay presos políticos. ¡Cómo va a haber presos políticos en España! Y claro que hay presos políticos en España. Como en los EEUU hicieron presa política a Rosa Parks por no querer sentarse en la parte de atrás del autobús. Presos políticos que no son iguales que los políticos presos por, principalmente, robar. Como le pasa al Partido Popular.
Es muy probable que el Tribunal Constitucional o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tumbe la sentencia del Procés, como sostiene el catedrático de derecho constitucional Pérez Royo
Cuando por defender tus ideas vas a la cárcel, eres un preso de conciencia. Aunque defiendas gilipolleces. Cuando además lo que defiendes lo sostienen cientos de miles e incluso millones de personas, cuidado con considerarlo una gilipollez. Y esto vale para los 74 millones que han votado a Trump y para los dos millones de votos del independentismo.
Es muy probable que el Tribunal Constitucional o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tumbe la sentencia del Procés, como sostiene el catedrático de derecho constitucional Pérez Royo. Es decir, que gente como Puigdemont está fuera de España de manera injusta. Como ha ocurrido en otros momentos de la historia. Y ahí terminan las comparaciones. Las demás comparaciones las pone el periodista con su pregunta, no el entrevistado con su respuesta.
Que un Vicepresidente de un gobierno de la Unión Europea diga que la democracia, nuestra democracia, es imperfecta, que tiene más fuerza un banquero que un Ministro, que conociéndoles de cerca, los ricos son aún peores de lo que imaginábamos.
Porque ningún conocedor de la realidad política de la guerra y de la persecución sangrienta de la II República hace una comparación con lo que ha ocurrido con el procés. No lo hacen ni los políticos presos o fuera de España. Nuestra obligación es recordar que en España se siguen tomando decisiones injustas que generan que haya gente que tiene que irse de España. Aún más cuando los del PP, VOX y Ciudadanos le quitan el nombre a republicanos españoles que tuvieron que exiliarse en 1939. La derecha española rezuma agria hipocresía.
Es muy clarificador que ni más ni menos que un Vicepresidente de un gobierno de la Unión Europea diga que la democracia, nuestra democracia, es imperfecta, que tiene más fuerza un banquero que un Ministro, que conociéndoles de cerca, los ricos son aún peores de lo que imaginábamos, que no se trata igual a un Rey que a una enfermera, que los medios de comunicación son el brazo armado de los intereses de las élites y que solamente se logran cambios si el pueblo empuja para que su voz se escuche más que las de los poderosos.Eso es lo que ha dicho Pablo Iglesias. Vicepresidente del Gobierno de España. Y que van a defender el programa de Gobierno. Qué insolencia. Decir que los acuerdos hay que cumplirlos...
Decíamos el 15M "lo llaman democracia y no lo es". Y lo decíamos, con Pablo Iglesias, desde la Tuerka. Y hoy, desde la frontera, desde este Blog y desde la Vicepresidencia del Gobierno. Porque lo seguimos pensando. Porque la democracia occidental lleva mucho tiempo extraviada. No hacía falta esperar a que el seguidor de Trump con la cabeza de bisonte y los cuernitos entrara en el Capitolio.Llevamos tiempo denunciándolo. Y queremos cambiarlo. Y por eso peleamos por estar en el Gobierno.
Que sigan ladrando.