No cabe duda que Pablo Iglesias es el líder más carismático, no solo del partido político PODEMOS, sino del panorama político nacional pero, ¿ es su aplastante victoria lo mejor para la formación morada?
El gran perdedor de Vistalegre II ha sido el, hasta ahora, número dos del partido y quien daba un aire más transversal partido, Iñigo Errejón, quien aportaba la transversalidad del partido, alejándose de la parte más radical de PODEMOS y aportando el punto de cordura en el discurso cuando este se inclinaba por su vertiente más anticapitalista extremista.
Ha sido una guerra de cuchillos afilados en toda regla y todo nos hace pensar, si todo marcha como es regla en PODEMOS (veamos el caso de Madrid), con una purga en toda regla del bando de Iglesias, eliminando toda influencia Errejonista, y más con el segundo puesto de Pablo Echenique, quizás el más contrario a las tesis de los Errejonistas.
El tiempo dará la razón, o no, a los que piensan que esta derrota de Errejón, y su más que previsible perdida de toda influencia en la base nacional del partido, supondrá una perdida de transversalidad en los votantes, viéndoles estos demasiados virados a la izquierda más extrema, haciendo recuperar terreno a un PSOE “susanista” más plantado en la moderación política (siempre que Pedro Sánchez no lo evite).
Aunque la corriente de Iglesias piensa que su perdida de votos en la segunda vuelta de elecciones fue debido a la moderación y corrección política, son muchos los que piensan que su unión con Izquierda Unida y la amenaza de dominio de ideas de su ala más radicalista, les paso factura.
Sea como sea no hay marcha atrás y veremos ahora una deriva de las circunstancias, con líder “mesianico” en una estructura que no tiene pinta de esconder su lado más dura con el pretexto de ser la voz de los decepcionados con el sistema actual.