Pablo Iglesias (ni sé las que van…)

El carismático líder político y espiritual de la izquierda transversal y modernizada, se nos ha ido a hacer senderismo a loas cumbres abulenses con Dª Tania, su actual pareja. Me parece muy bien. Lo que cuestiono un poco, es el haberse ido después a degustar placeres gastronómicos a uno de los establecimeintos más selectos de la zona y no haberse ventilado un bocadillo de chorizo al borde del camino. ¿Es típico de la casta la utilización de este tipo de establecimientos clasistas?. En caso de que la respuesta fuese afirmativa, ¿pertenece ya, por tanto, el joven político renovador a la misma clase que critica?. En caso de que la respuesta fuese negativa, ¿está en su plan permitir el acceso a este tipo de establecimientos a la totalidad de la población?. Claro que, entonces, dejarían de ser selectos para convertirse en populares y eso cambiaría tanto el espíritu de la empresa como el sentido de su razón de ser. Nada, que el Sr. Iglesias, yendo de senderismo con políticos del Partido Popular y comiendo en restaurantes de lujo, ha sembrado en un servidor la sombra de la duda y la incertidumbre, como no puede ser de otro modo, y teniendo la sospecha de que su régimen, tanto político como gastronómico, se asemeja en exceso a las extintas repúblicas socialistas soviéticas, con su “polit bureau” constituido por miembros que disfrutaban de todas las prebendas, lujos y bienestar del mundo occidental, mientras el pueblo llano sufría las carencias que llevaron al régimen a su final. La política bien entendida, empieza siempre por uno mismo.