El cantautor cubano pablo Milanés se presentó este fin de semana último en un hermoso teatro de Miami Beach.
Esta vez sin la presión que se ejerció sobre su concierto de hace aproximadamente 5 años. No hubo protestas ni aplanadoras lanzando consignas y aplastando discos en medio de la calle. El poeta y Cantor de la revolución Cubana de Fidel Castro, pudo subir al escenario en calma ante una sala repleta.
Pablo apostó por presentar una serie de nuevas canciones y dejar descansar muchas de las imprescindibles por lo que la acogida fue respetuosa pero no como se esperaba. Su público conectado con la nostalgia de sus antológicas canciones se quedó con ganas de cantar algunos de los éxitos de siempre.
Pablo fue impecable. Con voz, timbre y armonía perfecta, acompañado por músicos excelentes, sólo que con menos pasión y feeling que otras veces.
En la entrada un chequeo meticuloso en carteras, chaquetas, accesorios en general. En el interior celulares prendidos con los socorridos lives de facebook y ese deseo que ahora atesora mucha gente de hacerles ver a los demás lo que están viendo o haciendo en cada momento.
En varios momentos esos extensos y pródigos coros improvisados asumidos de manera responsable y cariñosa por el público demuestran el amor que sienten los seguidores de Pablo Milanés por las canciones de siempre.
No corrieron igual suerte las más recientes, y otras extraídas probablemente de álbumes como “Canción de Otoño” y “Renacimiento” presentados entre 2013 y 2015.
Miami ha ido cambiando, y esa tirantez entre quienes lo aman y quienes no lo perdonan se ha ido aplacando o mezclando de una manera irreversible.
Y lo más normal del mundo es que no sea necesario esperar tantos años para que regrese a cantar en tierras de libertad, donde todas las voces pueden afinarse y todos los cantores manifestarse.
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