Pablo, ni aunque des palmas con las orejas

Está Pablo Iglesias quizás pelín preocupado. Claro, con lo que ha soltado por esa boquita de piñón ahora quizás haya pensado: “coño, me he pasado, se me ha visto demasiado el plumero”. Pues si Pablo, se te ha visto mucho, se te ha visto demasiado el plumero. Puede que por tus continuas visitas a Venezuela. También puede que no hayan estado demasiado bien tus continuas loas a tu comandante Chávez. O quizás fuera cuando dijiste aquél día que si ibas a ir de cacería de fachas, ¡tú, piltrafilla! O a lo mejor fue cuando decidiste comprar una cadena de televisión con no se sabe que raras subvenciones. Puede que fuera también culpa de lo que te gustan las malas compañías, si, la de los proetarras. Puede que hayan sido tus continuas alabanzas a regímenes, tipo Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba… O a lo mejor puede que haya sido que a tu chica la hayan pillado con las manos en la masa. O la vez aquella, no se si recuerdas, que dijiste que los asesinatos de ETA en el fondo tenían una motivación política. El caso Pablo es que se te ha visto el plumero muchas veces.

Ahora resulta que nos quieres vender otra historia, ahora resulta que nos cuentas que tu modelo político y económico tiene más que ver con países tipo Suecia, que lo que te va es la socialdemocracia. Fíjate que cambias, pero claro, vas tú y nos lo dices con esas pintas, que por mucho que te hayan dicho desde “El País” no debes creértelo, de Robert Redford nada, no te pareces ni por asomo. El caso es que ahora nos intentas hacer un quiebro y vendernos otra película, pero Pablo, eso ya no cuela. Si, ya se que hay mucho tonto que besa el suelo por el que pisas, que haría lo que fuera por ti, pero no nos menosprecies tanto chavalote a algunos no nos la cuelas ni aunque vivieras cien vidas.

Tu sigues siendo igual de comunista y de bolivariano como eras desde un principio, si no más. Hasta ahora lo habías tenido muy fácil, que nos querías vender una enciclopedia, le dabas un toque a Cintora, ¡ehh Jesús, que voy! Y allí que te llevaba a su programa, te hacía un poco la pelota, te preguntaba lo que a ti te gustaba y te daba la gana y voila, unos cuantos tomos más de la Espasa que emplumabas a algún pardillo más.

Ahora ya no quieres ir a programas de televisión en los que te pregunten cosas incómodas, te enfadas con las chicas de la prensa llamándolas machistas y en cero coma vas y te inventas un programa económico nuevo para, según tú, sacar del agujero económico a un país con cuarenta y siete millones de habitantes. Si, ya se que todavía se la sigues colando a muchos, pero, ¿quien sabe? A lo mejor algún día abren los ojos y no se encuentran más que con el comunista totalitario que eres. Venga Pablo, sigue inventándote cosas, a mi ya me estás empezando a hacer gracia y todo. Mira como me río, juas, juas.