Joaquín Torres nos recomienda hoy al escultor, pintor y grabador Pablo Palazuelo de la Peña, uno de los nombres más relevantes del arte español de la segunda mitad del siglo XX. Nacido en Madrid en 1916, pronto desarrolla su interés por la arquitectura, que estudiará entre Madrid y Oxford desde 1933 hasta 1936. A partir de 1940 comienza a darse a conocer como pintor, con obras de corte neocubista muy influenciadas por la figura de Paul Klee y con un estilo basado en la abstracción geométrica que luego trasladará a sus esculturas. En 1948, año clave en lo personal y profesional, se marcha a París con una beca y allí conoce, entre otros, a Eduardo Chillida, poniéndose también en contacto con la vanguardia francesa de la época.
La trayectoria de Palazuelo como escultor fue una intensa investigación sobre la forma y la geometría, en un sentido prácticamente metafísico. El artista madrileño logró dotar de tridimensionalidad a sus obras pictóricas de dos dimensiones, otorgando volumen a sus cuadros. Su aprendizaje como escultor fue pues singular. No se instruyó en el oficio de forma tradicional, sino de forma reflexiva y tomando como punto de referencia su propia trayectoria pictórica. A través del dibujo, comenzó a dotar de profundidad y corporeidad a sus cuadros: trazó líneas, figuras y planos en papel o sobre finas chapas metálicas que, con sencillos pliegues se entregaban a la tridimensionalidad. El se refería a este componente geométrico como “la medida de la materia” y “un lenguaje para soñar”.
A lo largo de su carrera fue distinguido con varios premios y reconocimientos entre los que destacan el premio Kandinsky en 1952, el premio Carnegie en 1958, la Medalla de Oro de Bellas Artes en 1982 y sobre todo el Premio Velázquez (el Cervantes de las artes plásticas) en el año 2004. El jurado destacó entonces la coherencia de su obra, el rigor y el misterio en la línea de la abstracción europea. Pablo Palazuelo falleció en su finca madrileña de Galapagar en 2007, a la edad de 90 años.
“Pintor y escultor que es un claro referente formal en nuestra arquitectura” ha declarado Joaquín Torres, director de A-cero, sobre la figura de Palazuelo.