Nuestros hijos son únicos y no deben de seguir la estela de nadie, aunque esta sea muy brillante. Y aunque continuamente nos lo pongan de ejemplo de lo que hay que conseguir. Hemos pasado del se puede al se tiene. Vaya responsabilidad para los niños con dificultades.
Esta entrada es un homenaje para todos los jóvenes que no han hecho del síndrome de down su forma de vida, pero que llevan con orgullo y valentía allá donde vayan su cromosoma de mas y todo ello sin llamarse Pablo Pineda ni tener detrás todo un equipo de marketing y relaciones públicas que le protegen y ayudan.
Las personas a las que va dedicada esta entrada se muestran a cara descubierta en esta sociedad tan implacable y sin mas protección que sus propios recursos.
Que levante la mano al que no le han nombrado alguna vez a Pablo Pineda para darle ánimos sobre el futuro incierto de ese niño que acaba de nacer. Y no se dan cuenta los que nos hablan, que al dar por hecho que es tan fácil conseguir lo mismo que Pablo, están infravalorando sus méritos y logros, porque hasta donde ha llegado es excepcional.
Ya se que Pablo, es un ejemplo de superación y esfuerzo y lo admiro, pero aun admiro mas al chaval con discapacidad intelectual que trabaja en una gasolinera, reponiendo en un supermercado o doblando sabanas en una lavandería perteneciente a un centro especial de empleo. Sin olvidarnos de todos los heroes anónimos que han conseguido una estabilidad laboral en las Administraciones Públicas, ya sea como administrativos, celadores o auxiliares de enfermería. Y estos no fomenta su condición de persona con síndrome de down, ni gira su vida alrededor de ello, lo han conseguido a pesar de ese cromosoma que mas veces de lo deseable lo complica todo.
Se que nuestra chica con SD no va a llegar a la universidad, pero no me importa nada en absoluto, porque tampoco se si sus hermanas en teoría perfectamente capaces lo harán, espero que si, pero es que Teresa aunque quiera que sea lo mismo, aunque todo el discurso social este montado alrededor del "es exactamente igual" no lo es. Siendo lo mismo es completamente distinto. Cada vez soy mas consciente de ello y duele, duele mucho, pero ...es lo que hay.
Pero no por ello mi maravillosa criatura es menos ejemplo a seguir que Pablo Pineda. Y me resulta inaceptable que alguien pueda pensar que los padres de este joven malagueño lo han educado mejor que otros padres que han decidido llevar a sus hijos desde el principio a un colegio de educación especial, sin pasar por esa famosa integración muy buena en teoría y con sus lagunas en la practica. Todos queremos lo mejor, a todos nos ha quitado seguramente el sueño en alguna ocasión el pensar que sera lo mejor para estos pequeños que han puesto nuestra existencia patas arriba.
Estoy segura que no pasara mucho tiempo hasta que me vuelvan a decir la frase: "si estos niños van a cualquier sitio, ya van hasta a la universidad".Y no es una critica a Pablo, pero si que a veces pienso que su discurso nos perjudica mas que nos beneficia, porque nos pone unas expectativas que no son reales, precisamente por la excepcionalidad del personaje.