Flema, tardanza, indolencia.
Pachorra es un término coloquial que tiene una raíz común a muchos idiomas romances y a otros, que expresa la idea de gordura y pesadez, de origen expresivo, al igual que el portugués pachola, el alemán patschig o el vasco patzorra...
Y sí, precisamente es sinónimo de esa pesadez, flema, tardanza, indolencia, cachaza y apatía del que hace las cosas con esa tranquilidad insufrible, con esa pesadez criminal...
Encontramos dos interesantes ejemplos, el primero de la mano de Fernán Caballero (1796-1877, escritora española) en su obra La gaviota:
"... La gente moza, don Modesto, la gente moza; y si no fuera por eso, se acabaría el mundo. Pero el caso es que es preciso darles a estos un espolazo, porque esa gente de por allá arriba quiéreme parecer que se andan con gran pachorra, pues dos años ha que nuestro hombre está queriendo a su ruiseñor, como él la llama, que eso salta a la cara; y estoy para mí, que no le ha dicho buenos ojos tienes..."
Y el segundo de Emilia Pardo Bazán (1851-1921, escritora española) en su obra Un viaje de novios:
"...En la presa bogaban con pachorra hasta media docena de patos, e infinitos gorriones revolaban en el alero irregular del tejado, mientras en el obscuro agujero de una de las desiguales ventanas florecía un tiesto de petunias. Quedábase Lucía muchos ratos mirando al molino, sentada en el ribazo opuesto, arrullada por el ronquido cadencioso de la rueda y por el blando chapaleteo del agua batida..."
¡Hasta la próxima palabra inculcada a mazo y cachiporra! ;-).
(Sugerida por... AleMamá)