Revista Opinión

Paco entrevista a un cómplice de las políticas genocidas de Israel

Publicado el 18 enero 2010 por Reven

Un tal Carlos Braverman es el entrevistado por nuestro amigo Paco. Este individuo -que seguramente está muy asentado y acomodado en Israel- se jacta de militar en una organización sionista (que por mucho que sea sionista “socialista” no es otra cosa que una máscara del mismo sionismo). En una parte dice lo siguiente:

A los 15 años de edad en Buenos Aires, ingresé al movimiento juvenil Hashomer Hatzair, significa La Joven Guardia, es de ideología sionista socialista y orientado por el entonces Partido Socialista de Israel MAPAM (Partido Obrero Unificado), hoy Meretz. De base ideológica Kibutziana, su propuesta es un judaísmo laico y entender que el Pueblo Judío necesitaba un espacio territorial con un estado, pero al mismo tiempo, desde su componente socialista, compartir con los colectivos similares las aspiraciones por una sociedad distinta y desde perspectivas socialistas marxistas, hermanarse con las amplias mayorías que en todo tiempo y lugar buscan espacios de justicia y esperanza.(La negrita es mía)

Sin conocer el Kibutz y el racismo que predica, su frase ya es aclaradora: judaísmo laico. ¿Es posible ser tan poco coherente con sólo dos palabras?

Irónicamente, la institución israelí en la que se cifran más ilusiones es el kibbutz, un supuesto ejemplo de cooperación socialista. Como afirma Israel Shahak: «La organización israelí que practica en mayor grado la exclusión racista es… el kibbutz. La mayor parte de los israelíes han sido conscientes desde hace tiempo del carácter racista del kibbutz, no sólo contra los palestinos sino contra todos los seres humanos que no sean judíos.»

Los kibbutzim existen sobre todo en tierras arrebatadas a los palestinos. Los no judíos no pueden ser miembros de los mismos. Si “obreros eventuales” cristianos entablan relación con mujeres judías, se ven obligados a convertirse al judaísmo para poder ser miembros de un kibbutz. Shahak explica: «Los candidatos cristianos a pertenecer a un kibbutz mediante conversión han de prometer que en adelante escupirán cuando pasen ante una iglesia o una cruz.»

Actualmente, alrededor del 93% de la tierra del llamado Estado de Israel es administrado por el Fondo Nacional Judío de acuerdo con las siguientes normas: para tener derecho a vivir en la tierra, arrendarla o trabajar en ella, tienes que demostrar que tienes al menos tres generaciones de ascendencia materna judía.

(Ralph Schoenman, “Historia oculta del sionismo”, 1ª edición en inglés: Febrero de 1988, Socialist Action, San Francisco)

Más adelante nos dice el tal Carlos:

El conflicto no comenzó con la ocupación de Cisjordania y Gaza, el conflicto es anterior y la “Guerra de los seis días”, fue de legítima auto defensa.

Lo cúal es una gran mentira. Todas las acciones militares a las que se ha lanzado Israel suelen justificarse con la seguridad, pero esto no puede ser más falso:

La “seguridad” ha sido la consigna esgrimida para cubrir la extensa masacre de poblaciones civiles en toda Palestina y en el Líbano [...] La publicación del Diario Personal de Moshe Sharett (Yoman ishi, Ma’ariv, Tel Aviv,1979) demolió el mito de la seguridad como fuerza motriz de la política israelí. Sharett fue primer ministro de Israel (1954-55), director del Departamento Político de la Agencia judía y ministro de Asuntos Exteriores (1948-1956).

El diario de Sharett revela con lenguaje explícito que la dirección política y militar de Israel nunca creyó en ninguna amenaza árabe a Israel. Buscó cómo maniobrar para obligar a los estados árabes a enfrentamientos militares que la dirección sionista estaba segura de ganar de manera que Israel pudiese desestabilizar a los regímenes árabes y realizar sus planes de ocupación de más territorios.

Sharett describió el motivo inspirador de la provocación militar israelí: «Liquidar todas… las reivindicaciones palestinas a Palestina dispersando a los refugiados palestinos a rincones apartados del mundo.»

El diario de Sharett documenta un persistente programa de los dirigentes israelíes tanto laboristas como del Likud: «desmembrar al mundo árabe, derrotar al movimiento nacional árabe y crear regímenes títere bajo el poder regional israelí.»

Sharett cita reuniones de gabinete, documentos doctrinales y memorandos políticos que preparaban guerras «para modificar radicalmente el equilibrio de poder en la región, transformando a Israel en la gran potencia de Oriente Medio.»

(Ralph Schoenman, “Historia oculta del sionismo”, 1ª edición en inglés: Febrero de 1988, Socialist Action, San Francisco)

Entiendo que a simple vista puede parecer crítico con Israel, pero es todo fachada. El sionismo es uno, por mucho que se ponga muchas caras, incluida la socialista, pero la realidad es que no ha parado un día la colonización sionista de Palestina, incluso bajo estos gobiernos. La tendencia ha sido siempre la intensificación colonial y el terror para espantar al pueblo palestino para que abandonase su hogar. Y esto no tiene perdón.


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