Pactar con el diablo

Título original       The Devil's Advocate aka Año       1997Duración      144 min.País       Estados UnidosDirector       Taylor HackfordGuión       Jonathan Lemkin, Tony Gilroy (Novela: Andrew Neiderman)Música       James Newton HowardFotografía       Andrzej BartkowiakReparto        Keanu Reeves, Al Pacino, Charlize Theron, Jeffrey Jones, Judith Ivey, Debra Monk, Craig T. Nelson, Connie Nielsen, Delroy Lindo, Ruben Santiago-Hudson, Tamara Tunie, Vyto Ruginis, Laura Harrington, Chris Bauer, Al D'Amato, Pamela Gray, Don King, Heather Matarazzo, Monica KeenaProductora        Warner Bros / Regency Enterprises / Kopelson Entertainment

Te lo repito Al, no te voy a seguir en Twitter, eres un cansino

Ay cari, de aquí a los Oscars

Kevin es un joven abogado de éxito en Florida que recibe una irrechazable oferta para ejercer en Nueva York a las órdenes de un misterioso pez gordo. Así que Kevin y su mujer Mary Ann se trasladan a Nueva York donde encontrarán algo más que clientes para sus casos...
Pues aquí estamos con una de las películas más conocidas de finales de siglo y de las más representativas en el género de abogados de los últimos tiempos.
La película estuvo pensada para ser un blockbuster, y lo consiguió porque fue mundialmente conocida marcando un hito en la carrera de Keanu Reeves, ofreció una gran interpretación de Pacino y supuso el debut en la gran pantalla de la mediocre Charlize Theron.

Por mucho abogado que sea Keanu, ese señor tiene una cara de culpable -de lo que sea- que tira para atrás

El director armó una película en torno a la novela de Adrew Neiderman, pero parece que se esmeró más en la estética y en la producción que en el argumento en sí, porque todo va por caminos demasiado previsibles y resulta con un edificio elegante por fuera, pero bastante corriente por dentro con un par de recursos "sorpresivos".

Pacino de uno de sus últimos papeles a recordar

Además, dos horas y cuarto son demasiado metraje para esta historia que se podría haber resuelto de forma más eficaz y rápida. Todo eso de vender el alma a cambio de éxito y poder resulta un tanto cansino y poco interesante. Si por algo merece ser recordada esta película es por el recital interpretativo de Al Pacino en el tramo final.
Tenía un vaguísimo recuerdo de Pactar con el Diablo porque cuando se estrenó, fui al cine a verla tras el último examen, para el que no había dormido esa noche, y recuerdo que en la sala fui incapaz de mantenerme despierto y di varias cabezadas.