Revista Ciencia

Padres violentos, estragos para toda la vida

Por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22

Nociones sobre Psicologia: Padres violentos, estragos para toda la vida
Nuestra vida social inicia desde la más temprana edad, en compañía de hermanos y padres. Pero son los padres quienes definirán nuestro futuro y a nosotros mismos. Por este motivo, cuando los padres son violentos definen patrones y conductas que nos afectarán de por vida.
¿Eres un padre violento? ¿Sabes cómo identificar a uno?
Comúnmente asociamos el término “violencia” con los golpes, sin embargo este serio problema también se puede dar con la violencia psicológica. Esta se manifiesta a través de palabras hirientes, actitudes que buscan menospreciar a los demás e incluso, la indiferencia. Todas estas actitudes están encaminadas a herir a los hijos, de manera consciente o inconsciente.
¿Por qué los padres son violentos con sus hijos?
Las razones de este comportamiento son diversas y en cada caso son muy particulares, pero las más comunes son:
- Demasiado estrés o cansancio. Las obligaciones que se tienen actualmente son demasiada y pueden hacer que los padres pierdan el control al llegar a casa después de un largo día de trabajo. Esta situación se puede presentar tanto en hombres como en mujeres.
- Educación recibida. Desafortunadamente los patrones de violencia tienden a repetirse y cuando un padre fue víctima de la misma durante su infancia, suele educar a sus hijos de la misma forma.
- Búsqueda de desahogo por la violencia recibida. Esto se da cuando uno de los padres ejerce violencia sobre el otro y la víctima se convierte en victimario con los hijos para intentar obtener control nuevamente. Por desgracia, en esta situación nadie tiene el más mínimo control y todos los miembros de la familia resultan afectados.
¿Cómo se ven afectados los hijos de padres violentos?
Es inevitable que los niños que sufren de violencia por parte de sus padres se vean afectados en sus habilidades sociales, pero cada uno desarrollará una personalidad diferente:
- El niño retraído. Es aquel que busca protegerse a través del aislamiento. Estos niños suelen tener una personalidad tímida y pocas habilidades sociales. Suelen ser muy inseguros y de adultos esta situación puede no cambiar demasiado, incluso puede permitir que otras personas le agredan.
- El niño victimario. Contrario al niño retraído, esta personalidad busca sacar su ira agrediendo a los demás de la misma forma en que fue agredido, o lo es. De adulto puede convertirse en una persona violenta que dañe a quienes le rodeen, repitiendo el patrón.
- El niño protector. Esta característica es común en los hijos mayores, quienes suelen sentir la obligación de proteger a su padre o madre y hermanos víctimas. Al crecer, se pueden convertir en adultos que busquen situaciones conflictivas con la intención de seguir protegiendo.
La violencia intrafamiliar es una situación terrible para quienes la viven, pero en el caso de los hijos es mucho más serio porque los marcará para siempre y puede ocasionar que sean infelices el resto de su vida.
Los hijos de hoy son los padres del mañana.
C. Marco


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